Este sábado hemos padecido un episodio más de alerta meteorológica. Poco a poco nos vamos familiarizando con los nuevos términos meteorológicos. Esta vez ha sido una ciclogénesis explosiva , o borrasca extratropical , o tormenta perfecta , o bomba meteorológica , que de todas esas maneras se denomina a lo que antes llamábamos viento fuerte, o huracanado si exagerábamos un poco. De tanto prevenir, entre nevadas, ciclogénesis explosivas, olas de fríos polares, ..., los pobres ciudadanos no dormimos (estamos todo el día acongojados o la palabra que se le parece). En cualquier caso, esta vez Papá Estado , o sus acólitos, léase Diputaciones , Ayuntamientos o Comunidades Autónomas se han excedido en sus intervenciones. Quienes me conocen saben de mi espíritu un poco ácrata, y de lo que me molestan las imposiciones. Nos podrán pedir que tengamos precaución, que evitemos ciertos aparentes peligros, pero de ahí a mandarnos a casa un sábado por la noche (sin transporte público, p.ej.) o en el
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