Ayer por la mañana volví a Aralar en vista del tiempo espléndido con el que amaneció el día. El objetivo, subir Intzeko Torrea, una de las Malloak y la cumbre más alta de Aralar, con sus 1.431 m, también llamada Hirumugarrieta, aunque este topónimo es el de un punto cercano a la cima donde lindan Gaintza, Intza y el Realengo. Lo siento, Patxi, pero lo decidí sobre la marcha a las 7 de la mañana. Al ir a hacer la primera foto, gran mosqueo, pues me falta la tarjeta de memoria en la cámara, por lo que tendré que hacer las fotos con el móvil, con la consiguiente deficiente calidad de las imagenes. Una vista de las Malloak desde la carretera de Baraibar. Dejé el coche en Albi (990 m.), e inicié la ruta por la pista que sale tras una barrera. En el primer cruce que nos encontramos, tomamos el camino de la derecha. A los 15' en el claro coger la senda de frente, que se adentra entre las rocas, obviando la que sube por el bosque y la más ancha de la izquierda. El trayecto está marcado con flechas rojas. A la media hora nos encontramos en un bonito paraje con la txabola Bustintza. Seguimos el curso del manantial de agua que fluye a nuestra derecha, y unos metros más adelante el camino se abre ampliamente, dejando a nuestra vista el collado Urdangoene, y la cima del Beloki a nuestra derecha. Como no vamos a subir esta cima, nos dirigimos hacia el collado por el camino de la izquierda, alcanzando éste a los 55' de haber salido de Albi, aproximadamente. Nos encontramos ya en los amplios rasos de Etzantza, que ya se van llenando de ovejas, vacas y caballos que pasan allí su particular "veraneo". Continuamos por la pista del GR hasta alcanzar la laguna kárstica de Unako Putzua (1h.10') que distinguimos por estar cercada y por su cartel explicativo. Su importancia radica en que es difícil de encontrar este fenómeno en Aralar, ya que las aguas se filtran debido a lo calizo del terreno.
Unos metros más adelante, cogemos la senda herbosa que sale a la derecha e iniciamos la ascensión hacia terreno más rocoso, donde nos guiaremos en todo momento por las marcas rojas pintadas en las piedras.
Unos metros más adelante, cogemos la senda herbosa que sale a la derecha e iniciamos la ascensión hacia terreno más rocoso, donde nos guiaremos en todo momento por las marcas rojas pintadas en las piedras.
Un rebaño de ovejas pastando antes de iniciar el terreno más pedregoso.Continuamos subiendo entre las piedras. Una imagen unos metros antes de alcanzar la cima, con su pequeño cercado de piedra en torno al vértice geodésicoYa en la cima (1.431 m.) (1h.55') una vista hacia el Norte y tras el buzón, el valle de Araitz debajo. Al fondo a la izquierda, Igeldo y el mar.Hacia el Oeste, sobresale la silueta del Txindoki.
Tras 5' de descanso, iniciamos el descenso por el lado contrario al utilizado en la ascensión, siguiendo también las marcas rojas en las piedras. Llevaremos siempre como referencia enfrente el Putterri y la pista que vemos a su izquierda que asciende al collado de Errenaga. No tiene pérdida, siempre que no haya niebla.Seguimos las marcas hasta llegar a un mojón pintado también de rojo (2h.20'), donde cogemos a la derecha por la pista de hierba con las huellas de los vehículos de los pastores, que continúa enseguida hacia la izquierda hasta el dolmen de Triku Harri,(2h.30') en las inmediaciones de la muga entre Gipuzkoa y Nafarroa.En este punto enlazamos con la pista principal GR, que nos conducirá hasta el collado de Errenaga (2h.40'), encima de los refugios de Igaratza. Seguimos por la pista hacia Pagomari (3h.15'). Hoy era un buen día para buscar zizas de primavera, pero no era mi objetivo, aunque no negaré que por alguno de los prados se me iba la vista hacia las zonas de hierba oscura, aunque sin éxito. No obstante estos días están cogiendo bastante cantidad por la zona. Algunos, amigos de los pastores, pasan con los todo-terreno hasta adentro. Una muestra de las marcas de vehículos por la zona.Llegando a Guardetxe, a la izquierda del camino, un magnífico ejemplar de haya (Fagus sylvatica), pagoa en euskera, el árbol estrella de estos bosques del Realengo. Esta mancomunidad que rige la explotación tanto ganadera como forestal de estos bosques pertenece a los valles navarros de la Sakana y Araitz y tiene su equivalente en la zona guipuzcoana con la mancomunidad de Enirio-Aralar, formada por varios municipios del Goiherri y Tolosaldea. En Guardetxe (3h.55') cogemos la carretera para volver hasta Albi, donde he dejado el coche. Una imagen del dolmen de Albi. En 4h.10' habremos completado la ruta.
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