Esta semana entro en Aralar a través de los rasos de Enirio, desde Zaldibia. Pasada la plaza del Ayuntamiento, cojo la carretera a la derecha con una señal que indica que no tiene salida a los 4 km., hasta Arkaka-Txiki. En este punto, aparco el coche e inicio la subida tras pasar la langa por el camino de la izquierda. Una vista del cresterío de Sagastarri desde el inicio de la ascensión. Detrás, se sitúa la presa de Lareo. A los 5 m. llegamos a una borda reconstruida y en el cruce cojemos a la izquierda. Diez minutos más tarde nos encontramos una nueva borda de recreo y tomamos el camino de la derecha hacia arriba, hasta una nueva edificación en ruinas, donde enlazamos con el GR que viene de Zaldibia (30'). Pasamos una vieja txabola, con un curioso graffiti en su puerta ("Viva la Pepa"), fechado en 1927. Eran años de la Dictadura de Primo de Rivera, que había abolido la Constitución de 1876, y algún paseante liberal reclamaba de esa manera la de Cádiz del 12.
Unos metros más adelante, entramos propiamente en lo que queda de la Calzada de los Gentiles. Estos personajes de la mitología vasca, en coincidencia con otros de la mitología indoeuropea (Obelix podría ser un "gentil"), son gigantes y fornidos, dotados de gran fuerza, con la que mueven piedras y menhires, construyen dólmenes e incluso según la tradición colocan las grandes piedras de la calzada que nos ocupa.Ésta fue durante siglos la conexión más importante entre Gipuzkoa y Nafarroa, hasta que la anexión de la primera a Castilla, a principios del siglo XIII con la consecuente fundación de las villas guipuzcoanas (Tolosa, Segura, Ordizia,...) desplazase el interés de las comunicaciones viarias hacia la conexión con la meseta por el túnel de San Adrián o por Salinas de Léniz, en lo que vendría a denominarse Camino Real. Esta calzada, no obstante mantuvo su importancia como ruta de transhumancia hacia Aralar. Pasamos la fuente Iturtxoko iturria y echando la vista atrás tenemos la cumbre de Ausa-Gaztelu, con los restos de la fortificación circular de 19 m. de diámetro que la coronaba y que le da nombre.
Este castillo navarro, hoy en territorio guipuzcoano, protegía la ruta desde su estrátegica atalaya y durante los siglos XIII y XIV tras la anexión de Gipuzkoa a Castilla, fue baluarte fronterizo navarro. También cuenta la leyenda que fue habitado por los gentiles. Al final de lo que queda de calzada, atravesamos un hayedo trasmochado y llegamos a las bordas de Arrantsaro (1h.5') Giramos a la izquierda siguiendo las marcas del GR y en 5' más llegamos a una nueva majada.
Las majadas son un conjunto de edificaciones que sirven de refugio a los pastores en el monte y se componen normalmente de una borda o txabola para su uso, un corral o establo donde ordeñar las ovejas y un cercado o redil que antiguamente era de piedra. Suelen estar en lugares al abrigo de los vientos, en hondonadas o junto a rocas, y agrupadas. Una vista de la majada de Mendibil.
Seguimos por el amplio camino hacia la majada de Uidui. El trasiego de rebaños de ovejas impresiona. Tengo que atar a Blai para que no se me mosquee ningún pastor, aunque lo tengo educado y no se lanza detrás de ellas. Tras pasar los dólmenes de Jentilarri (su nombre nos vuelve a recordar a los gentiles) y Arrastarangaña y un pequeño hayedo, dejamos el camino que nos conduciría a Igaratza e iniciamos la subida por la ladera de la izquierda (1 h.30').
Llevando como referencia el collado que tenemos enfrente vamos subiendo poco a poco. En el camino una vaca acaricia con la lengua a un ternero recién nacido, que todavía no se tiene en pie.
Superado el collado, encontramos el camino que nos llevaba directamente desde Mendibil hacia los rasos de Alotza y que utilizaremos a la vuelta. Rebaños de yeguas pastan en las laderas de la pequeña cima de Bustiako Punta a nuestra derecha.
Alcanzamos la cima (1.280 m.) (2 h. 20') sin buzón ni nada que la identifique. Ya tenemos el valle de Alotza al alcance de nuestra vista, con Txindoki al fondo.
A nuestra derecha, la cumbre de destino, Gañeta (1.325 m.) que acometemos ya sin apenas dificultad y a la que llegamos a las 2 h.30' de la salida. Los buitres, al acecho. Seguro que entre tanto rebaño, algún animal se despeña o se queda atrapado y les proporciona alimento.
En la cima, el buzón reproduce su vuelo
A continuación y siguiendo la misma dirección y con poco tiempo y esfuerzo, tendríamos el Malkorri (1.329 m.) y el Uarrain (1.346 m.), que cierran el circo de Gañeta, pero no tengo tiempo para más.
Iniciamos el descenso por el camino que nos lleva a la majada de Mendibil. En el trayecto, más ganado y alguna txabola. Enfrente, una vista panorámica del Goiherri
A partir de Mendibil, retomamos el itinerario utilizado para la subida. Desde la cima de Gañeta, habremos empleado unas 2 h. en la bajada hasta el punto de partida. En total 4h.45' incluyendo el descanso cimero.
Unos metros más adelante, entramos propiamente en lo que queda de la Calzada de los Gentiles. Estos personajes de la mitología vasca, en coincidencia con otros de la mitología indoeuropea (Obelix podría ser un "gentil"), son gigantes y fornidos, dotados de gran fuerza, con la que mueven piedras y menhires, construyen dólmenes e incluso según la tradición colocan las grandes piedras de la calzada que nos ocupa.Ésta fue durante siglos la conexión más importante entre Gipuzkoa y Nafarroa, hasta que la anexión de la primera a Castilla, a principios del siglo XIII con la consecuente fundación de las villas guipuzcoanas (Tolosa, Segura, Ordizia,...) desplazase el interés de las comunicaciones viarias hacia la conexión con la meseta por el túnel de San Adrián o por Salinas de Léniz, en lo que vendría a denominarse Camino Real. Esta calzada, no obstante mantuvo su importancia como ruta de transhumancia hacia Aralar. Pasamos la fuente Iturtxoko iturria y echando la vista atrás tenemos la cumbre de Ausa-Gaztelu, con los restos de la fortificación circular de 19 m. de diámetro que la coronaba y que le da nombre.
Este castillo navarro, hoy en territorio guipuzcoano, protegía la ruta desde su estrátegica atalaya y durante los siglos XIII y XIV tras la anexión de Gipuzkoa a Castilla, fue baluarte fronterizo navarro. También cuenta la leyenda que fue habitado por los gentiles. Al final de lo que queda de calzada, atravesamos un hayedo trasmochado y llegamos a las bordas de Arrantsaro (1h.5') Giramos a la izquierda siguiendo las marcas del GR y en 5' más llegamos a una nueva majada.
Las majadas son un conjunto de edificaciones que sirven de refugio a los pastores en el monte y se componen normalmente de una borda o txabola para su uso, un corral o establo donde ordeñar las ovejas y un cercado o redil que antiguamente era de piedra. Suelen estar en lugares al abrigo de los vientos, en hondonadas o junto a rocas, y agrupadas. Una vista de la majada de Mendibil.
Seguimos por el amplio camino hacia la majada de Uidui. El trasiego de rebaños de ovejas impresiona. Tengo que atar a Blai para que no se me mosquee ningún pastor, aunque lo tengo educado y no se lanza detrás de ellas. Tras pasar los dólmenes de Jentilarri (su nombre nos vuelve a recordar a los gentiles) y Arrastarangaña y un pequeño hayedo, dejamos el camino que nos conduciría a Igaratza e iniciamos la subida por la ladera de la izquierda (1 h.30').
Llevando como referencia el collado que tenemos enfrente vamos subiendo poco a poco. En el camino una vaca acaricia con la lengua a un ternero recién nacido, que todavía no se tiene en pie.
Superado el collado, encontramos el camino que nos llevaba directamente desde Mendibil hacia los rasos de Alotza y que utilizaremos a la vuelta. Rebaños de yeguas pastan en las laderas de la pequeña cima de Bustiako Punta a nuestra derecha.
Alcanzamos la cima (1.280 m.) (2 h. 20') sin buzón ni nada que la identifique. Ya tenemos el valle de Alotza al alcance de nuestra vista, con Txindoki al fondo.
A nuestra derecha, la cumbre de destino, Gañeta (1.325 m.) que acometemos ya sin apenas dificultad y a la que llegamos a las 2 h.30' de la salida. Los buitres, al acecho. Seguro que entre tanto rebaño, algún animal se despeña o se queda atrapado y les proporciona alimento.
En la cima, el buzón reproduce su vuelo
A continuación y siguiendo la misma dirección y con poco tiempo y esfuerzo, tendríamos el Malkorri (1.329 m.) y el Uarrain (1.346 m.), que cierran el circo de Gañeta, pero no tengo tiempo para más.
Iniciamos el descenso por el camino que nos lleva a la majada de Mendibil. En el trayecto, más ganado y alguna txabola. Enfrente, una vista panorámica del Goiherri
A partir de Mendibil, retomamos el itinerario utilizado para la subida. Desde la cima de Gañeta, habremos empleado unas 2 h. en la bajada hasta el punto de partida. En total 4h.45' incluyendo el descanso cimero.
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