Aunque cuando escribo estas líneas todavía no me he acercado a Pamplona, somos muchos los tolosarras y "giputxis" que desde hace generaciones nos dejamos caer algún día en Iruña por San Fermín. Para muchos de nosotros es la esencia de la Fiesta, la FIESTA con mayúsculas: unos se acercan al encierro, otros a darse una vuelta mañanera por la Plaza del Castillo y aledaños, a los toros, al ambiente nocturno, a las barracas con los niños o como músicos a tocar con las peñas de Iruña o en las txarangas contratadas por el Ayuntamiento. Una bonita foto que nos sacó Atxu hace un par de años.De todas formas, no voy a contar aquí las excelencias por todos conocidas de los Sanfermines. Lo que me ha motivado a escribir esta entrada es que la Unesco haya declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad la Aste Nagusia de Bilbao, dejando fuera a los Sanfermines, lo que dice mucho acerca de la validez de los criterios utilizados para la elección.
No tengo nada contra Marijaia y sus aduladores, pero no tiene sentido declarar Patrimonio Inmaterial una fiesta que cuenta escasamente con 30 años de antiguedad, junto a otras inmemoriales como las Fallas de Valencia, los Carnavales de Cádiz o manifestaciones cultural-religiosas como el Camino de Santiago. Si alguna fiesta se merece ese título son los Sanfermines, aunque bien es cierto que tampoco lo necesitan.
Sin más, a todos los amigos que este año subáis o bajéis a Iruña, pasadlo bien y disfrutad de la Superfiesta. ¡Viva San Fermín! Gora San Fermin!
¡tiene cojones!
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