La semana pasada se derribaba el edificio que albergó durante casi 75 años a la empresa tolosarra Gráficas Laborde y Labayen. A principios del siglo XX una pequeña empresa de litografía que se situaba en un bajo de la calle Rondilla, "Viuda de Juan José Laborde e Hijos", se une a la familia Labayen para crear "Gráficas Laborde y Labayen", proyectando en 1903 una fábrica para albergarla en la calle Emperador o Agintari, dentro del perímetro urbano, al borde del río e integrado en una zona de uso residencial. El proyecto lo lleva a cabo el maestro de obras Julián Eizaguirre, quien por aquellos años diseñaría muchos de los nuevos pabellones industriales que crecían en nuestra villa, al amparo de la floreciente industria papelera.
Proyectó una fábrica de pisos en tres plantas superpuestas y con tres módulos adaptados en su parte trasera al curso del río Oria. En 1907 se añadiría una cuarta crujía, ampliándose nuevamente en 1920 hacia el río, hasta que en 1934 un nuevo añadido le diese la fisonomía del edificio que hemos conocido hasta su derribo estos días. En esta postal antigua de Tolosa podemos ver el aspecto que tenía en la década de los 20 del siglo pasado. Es el edificio con el triple tejado hacia la derecha de la imagen. A la izquierda apreciamos también la gran industria tolosana de la segunda mitad del XIX y primera del XX, la fábrica de boinas de Antonio Elósegui, La Casualidad, fundada en 1859.Precisamente la segunda mitad del siglo XIX, tras la finalización de la Primera Guerra Carlista (1840) y el traslado de las aduanas a la costa (1841), supone el inicio del proceso de industrialización moderno del País Vasco, que en el caso de Tolosa se centrará principal aunque no únicamente en la industria papelera, con la conversión de los antiguos molinos ferreros en papeleros, proceso que culminará en 1842 con la inauguración de la primera fábrica de papel continuo en España, "La Esperanza", de la sociedad Brunet, Guardamino, Tantonat y Cía., a la que seguirían "La Confianza", "La Primitiva" o "La Guipuzcoana", hasta contar con 8 fábricas de papel continuo en su término municipal más otras 10 en los alrededores, al comienzo del siglo XX.
Al albor de éstas, se desarrolla una industria auxiliar y derivada, donde podemos encuadrar la que hoy nos ocupa. "Gráficas Laborde y Labayen", si no por su gran tamaño, sí por su producto, llegó a ser una empresa de gran importancia durante la primera mitad del siglo XX. De sus máquinas salieron numerosos libros, litografías artísticas y carteles de todo tipo: publicitarios, de contenido político o turístico-promocionales. En su nómina estuvieron importantes artistas de la época como Txiki Zabalo, autor entre muchos otros del cartel que reproduzco, que llamaba a votar a favor del primer Estatuto de Autonomía vasco a la población inmigrante.
O este otro del pintor tolosarra Carlos Landi Sorondo, anunciando la Semana Vasca de 1928 de San Sebastián. También es de la litografía tolosarra éste de Rafael de Penagos, quien cultivó el estilo Art-Déco, y haría famosas sus mujeres estilizadas y modernas, reinas de la Belle Epoque, como podemos apreciar en este cartel. Aunque su actividad cesó en el ya lejano 1974, años en los que la crisis se cebó con nosotros haciendo desaparecer multitud de industrias, el edificio ha pervivido hasta estos días. Con su derribo, se frustra el proyecto de conservación del inmueble para su transformación en Museo del Papel. Otro bonito cartel de contenido político salido de sus talleres.No creo en las casualidades y no será aleatorio que las excavadoras hayan hecho su trabajo en agosto, obviando la solicitud de la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública para su consideración como Patrimonio Industrial. Hay que reconocer que la rehabilitación de la Parte Vieja (como le llamamos en Tolosa) o Casco Histórico, está dignificando ese espacio tolosarra, aunque a costa de ciertos atropellos que no a todos nos gustan (ampliación trasera del Palacio Aramburu, rehabilitación del Molino, ascensor exterior del Tinglado o el derribo del edificio que nos ocupa), pero parece ser que cuentan con el beneplácito de la mayoría de la población. Esperemos un futuro museo del papel en Tolosa en otro emplazamiento.
Por mera casualidad entré buscando mi nombre en este blog, ma llamo Juan José Laborde y no tenía ni idea de tan importante industria gráfica.- Mis antepasados por supuesto eran vascos, y emigraron a Uruguay en Sudamérica, estableciéndose en el Departamento de Durazno.- De modo que grande es mi tristeza en ver que se va a demoler dicha construcción.- Al lado en la foto aparece fábrica de boinas de Antonio Elósegui, les cuento que en Uruguay se venden dichas boinas, a la gran colectividad vasca que tenemos en nuestro país.- Les dejo mi correo "juanjolaborde@gmail.com
ResponderEliminarUn buen recubrimiento de edificio no solo protege la estructura, sino que también agrega valor estético y funcionalidad. Es clave para mantener la integridad del edificio y garantizar su durabilidad a lo largo del tiempo.
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