TOLOSA-ULI-BERASTEGI

Ayer sábado la naturaleza nos regaló un día despejado y frío, que invitaba a pasear por el monte tanto como en primavera.

Salimos de la muga entre Tolosa e Ibarra. Las obras de reurbanización del Prado Grande de Igarondo van avanzando y el nuevo puente peatonal espera bajo el horroroso viaducto de la autovía a ser colocado en su emplazamiento, sobre el remozado trazado del río Elduain o Zelai.

Comenzamos la subida hacia Leaburu por la empinada carretera que conduce a dicha localidad. A nuestra derecha dejamos el polígono industrial de Apatta Erreka, que tras numerosas vicisitudes y diversas trabas ambientales tuvo la mala suerte de nacer en el preludio de la crisis que no acabamos de quitarnos de encima.

A los veinte minutos alcanzamos la ermita de San Sebastián, en el cruce de la carretera que nos conduce a Gaztelu.

Seguimos a la derecha descendiendo por el camino marcado como GR-9, también conocido como Cañada de los Toros o de las Provincias, y que ya no abandonaremos hasta llegar a Uli.

Este GR une las localidades de Azpeitia y Noain, y se han encontrado documentos que avalan que su nombre proviene de su utilización entre los siglos XVII y XIX para el traslado de las reses bravas de la Ribera navarra a Azpeitia para sus festejos taurinos.
El recorrido entre Noain y la localidad guipuzcoana llevaba de 5 a 8 días.

El camino nos saca a la carretera y pasado el caserío Mahala nos devuelve a la derecha por un corto tramo empedrado que es el único vestigio que queda de la antigua calzada.
En suave zigzag vamos ascendiendo la loma hasta volver a salir a la carretera y continuando las marcas alcanzaremos el punto donde hasta hace unos años se encontraba la ermita de Santa Cruz, a la entrada del pueblo de Gaztelu. (1 h.15')

Queda el calvario de 6 cruces y en el lugar que ocupaba la ermita se ha erigido una escultura de hierro que simboliza la preexistencia de aquélla.

Aquí tomamos el camino que sale a la derecha y vamos ascendiendo entre caseríos dejando el núcleo principal de la localidad, con la iglesia y el frontón a nuestra izquierda.

Gaztelu conserva preciosos y grandes caseríos de piedra, la gran mayoría de ellos restaurados, como este imponente caserón que data de 1789, rehabilitado recientemente.

Continuamos ascendiendo lentamente entre bosques de pinos hasta alcanzar el bello paraje de Iñarra (2 h. 10'), donde nos encontramos con el cruce del camino PR que desciende hacia Berastegi. No obstante,nuestra intención es alargar el paseo llegando hasta Uli.

A mano izquierda admiramos unos pocos ejemplares de hermosas hayas trasmochas.

Continuamos y enseguida el camino nos abre la vista hacia la derecha con Otsabio y Aralar ante nuestros ojos, imagen coronada por el omnipresente Txindoki. A nuestras espaldas, el macizo de Hernio. El día invita a tomar fotografías desde este punto.

A las 2 horas y 40 minutos de haber salido de Tolosa, llegamos a la zona de recreo y refugio de Uli, en la falda del monte Ulizar (868 m), donde hacemos un pequeño descanso, bebiendo agua de su fuente, de la que hoy el líquido elemento brota con inusitada fuerza.

A la derecha el GR continúa hacia la cercana muga con Navarra y el pueblo de Gorriti. La flecha nos indica dirigirnos por ese camino para ir hacia Berastegi, pero obviamos sus indicaciones y tomamos el camino que sale de frente y por el que descenderemos directamente hacia nuestro punto de destino.

Al poco tiempo de haber tomado esta ruta, un riachuelo canalizado nos acompañará pasando por una pequeña central hidroeléctrica abandonada hasta que veamos los primeros caseríos del extenso núcleo poblacional del rico valle de Berastegi, todavía y a pesar de ser ya mediodía, con la escarcha persistente de la helada nocturna en los puntos más sombríos.

Por los caminos que sortean los caseríos alcanzamos la plaza de Berastegi, con el imponente edificio del Ayuntamiento, declarado hace poco tiempo monumento de interés artístico por el Gobierno Vasco.

Construido entre los años 1699 y 1734 como casa concejil para sustituir al anterior que se encontraba en mal estado, se trata de un edificio de sillería con balcones forjados y arcadas, coronado por un bonito escudo policromado con la inscripción "Nobleza con Libertad".

Y hablando de Libertad, nos referiremos al más conocido de los hijos de la localidad, el escribano José Antonio Muñagorri, nacido en Berastegi el 2 de abril de 1794, y que en plena Primera Guerra Carlista exploraría una fallida tercera vía para la resolución del conflicto con su proclama "Paz y Fueros", en la que básicamente proponía un arreglo entre vascos en torno a los Fueros, más allá de la disputa dinástica.
"Hace cinco años que la desolación y la muerte pesa sobre nuestra patria. La sangre vertida en nuestros campos es la sangre de nuestros hermanos, de esos valientes que seducidos y engañados por intrigantes combaten por un príncipe cuyos derechos a la corona de España son muy dudosos. ¿Qué pedís?, ¿Por qué combatís? ¿Por quién? ¡Paz y Fueros! Tal debe ser nuestro objeto. Si ambiciosos desean el trono, allá se las hayan. La Navarra, las provincias vascongadas, unidas por tantos vínculos de amistad, de sangre, de costumbres, de libertades, son desde ahora independientes. Desde hoy no somos los esclavos de esos miserables acostumbrados a mandar como señores y a enriquecerse a expensas de los pobres. ¡A las armas! ¡Viva la independencia! ¡Paz! ¡Libertad!¡Obediencia a las nuevas autoridades!"
También encargó a algún bertsolari que compusiese unos bertsos para difundir su proclama, que fueron muy populares.
La desconfianza de los carlistas por haber surgido con el apoyo de parte del bando liberal, la falta de implicación de muchos otros mandos liberales y cierta ingenuidad por su parte, entre otras razones, hicieron fracasar el proyecto.

Más tarde y durante el mandato del general liberal Espartero, participó en la fracasada sublevación de los liberales moderados vascos, que llevaría a aquél a derogar los Fueros, por lo que tuvo que huir a Baiona.

De vuelta a sus negocios (era propietario de varias ferrerías), detenido por los liberales seguidores de Espartero en su ferrería de Eratsun, fue fusilado el 14 de octubre de 1841. Sus restos permanecen en la iglesia de la cercana localidad navarra.

Frente al Ayuntamiento de Berastegi, el bar del magnífico restaurante Kako, donde damos buena cuenta de un merecido y sublime pintxo de chorizo cocido, tras más de 3 horas y media de caminata.

Nuestra intención era volver a Tolosa en autobús, pero en vista de que quedaba una hora para su salida, decidimos recurrir al viejo y ahora en desuso "autostop". El primer coche que sale de la localidad atiende amablemente nuestra solicitud y nos lleva cómoda y rápidamente hasta Tolosa.