Entre 1880 y 1882 vería la luz uno de los libros más aplaudidos o denostados de la bibliografía española, ya sea éste leído desde una u otra orilla de la ideología político-social. Se trata de la "Historia de los heterodoxos españoles" de Marcelino Menéndez y Pelayo, obra por otra parte ingente y erudita, independientemente de su sesgada orientación intelectual. Al propio Don Marcelino en su madurez no le gustaba demasiado.
Desde mi juventud, en la que encontré la edición de la BAC de 1956 en dos volúmenes en la biblioteca de mi abuelo Emilio, me llamó la atención un libro que pretendía servir de directorio de los autores o personajes que uno debía de rechazar y evitar leer. En mí produjo el efecto contrario y atrajo mi atención hacia aquellos autores y personas que el libro señalaba como desviados del buen camino.
El propio calificativo de heterodoxos no hacía sino acrecentar el interés por aquellos hombres que merecían ser considerados fuera de la ortodoxia católica imperante en el momento.
Es conocida la inclusión de los socios de la Sociedad Bascongada de Amigos del País en la obra citada, y en uno de los párrafos que hacen mención a los ilustrados vascos, se cita al presbítero Diego de Lazcano, tolosarra a quien hoy dedico esta entrada.
Desde mi juventud, en la que encontré la edición de la BAC de 1956 en dos volúmenes en la biblioteca de mi abuelo Emilio, me llamó la atención un libro que pretendía servir de directorio de los autores o personajes que uno debía de rechazar y evitar leer. En mí produjo el efecto contrario y atrajo mi atención hacia aquellos autores y personas que el libro señalaba como desviados del buen camino.
El propio calificativo de heterodoxos no hacía sino acrecentar el interés por aquellos hombres que merecían ser considerados fuera de la ortodoxia católica imperante en el momento.
Es conocida la inclusión de los socios de la Sociedad Bascongada de Amigos del País en la obra citada, y en uno de los párrafos que hacen mención a los ilustrados vascos, se cita al presbítero Diego de Lazcano, tolosarra a quien hoy dedico esta entrada.
"La tradición afirma unánime y bastantes indicios lo manifestarían aunque ella faltase, que las ideas francesas habían contagiado a los nobles y pudientes de las Provincias Vascas, mucho antes de la guerra de la Independencia. El Sr. Cánovas recuerda a este propósito que allí tuvo más suscriptores la Enciclopedia que en parte alguna de España."
En el citado escrito, el clérigo se defiende de la acusación de haber legitimado los matrimonios civiles que se habían celebrado en la población guipuzcoana durante el tiempo en que duró la ocupación francesa, arguyendo que debe separarse el matrimonio civil como mero contrato legal entre dos personas, del sacramento eclesiástico que bendice la unión, entendiendo éste como un asunto independiente de aquél y que corresponde a la intimidad litúrgica de la Iglesia y sus creyentes.
Diego Martín de Lazcano y Galarraga, había nacido en Tolosa en la calle Arostegieta en enero de 1736, hijo del escribano de la villa, Pedro de Lazcano, lo que le permitió disfrutar de una educación superior a la habitual en la época.
Tras ordenarse sacerdote ingresa en la orden franciscana y tras diversos destinos en 1789 es nombrado capellán del convento de las Brígidas de Lasarte. Perseguido y desterrado a Logroño por su simpatía con las ideas de los revolucionarios franceses, vuelve a su cargo de Lasarte y es nuevamente acusado por defender la validez de los matrimonios civiles, escribiendo el folleto citado, que es contestado y rebatido en al menos dos ocasiones, dando pie a las rectificaciones correspondientes por parte del clérigo. Vivió ya secularizado en San Juan de Luz, hasta su muerte en 1810.
Anteriormente había traducido al castellano la obra "Ensayo sobre la nobleza de los bascongados para que sirva de introducción a la Historia general de aquellos pueblos", escrita durante los últimos años del reinado de Luis XVI por el obispo de Olerón, Barthelémy Jean Baptiste Sanadón, traducción impresa en Tolosa en la imprenta de Francisco de la Lama en 1786, un año después de haberse publicado la versión francesa.
Este obispo, nombrado por el nuevo poder revolucionario como prelado del recién creado departamento de los Bajos Pirineos, será un firme defensor, como nuestro presbítero tolosarra, de la separación entre el poder civil y el eclesiástico e instará a los sacerdotes bajo su mando a obedecer a las nuevas autoridades civiles revolucionarias y a prestar el preceptivo juramento constitucional, tal y como él lo hará en Pau en 1791. Fue miembro de la Convención y encarcelado durante el periodo del Terror.
La obra a la que hacemos referencia, está basada en los escritos de Jean Philipe Béla, y es una lectura ilustrada de los Fueros vascos, amén de una defensa de la particularidad de los tres territorios vascos de Iparralde y de su autonomía político-administrativa frente al absolutismo uniformador de los Borbones.
En cuanto al chevalier de Béla, en cuyas memorias está basado el libro, nació en Maule (Zuberoa), en el seno de una aristrocática familia suletina en 1709.
Inicia su carrera militar como teniente de dragones en Metz, y combatirá en Suecia y en la Guerra de Sucesión de Polonia (1733-1738), donde es hecho prisionero por los rusos en Dantzig, escapando de la prisión tras una rocambolesca huída, refugiándose en Könisgberg, tal y como relatará en sus Memorias militares.
Funda en 1745 un cuerpo formado exclusivamente por soldados vascos, los Cántabros voluntarios, precursores de los chasseurs basques (cazadores vascos) con los que con el rango de capitán el futuro mariscal Harispe luchará en la Guerra de la Convención.
La Royal Cantabre de Béla, nombre que adoptará después, fue suprimida en 1749.
En 1767 abandona el ejército y se dedicará a escribir y a la política hasta su muerte en Pau en 1796, traduciendo al euskera varias obras sobre agricultura y economía.
Se le atribuye el proverbio en euskera "Lehen hala, orain hola, gero ez jakin nola" (antes, así; ahora, asá; luego quién sabrá).
En la Guerra de Sucesión de Polonia coincidirá con otro personaje ligado a Tolosa por el mismo motivo, el haber sido traducido al castellano por un vecino de la villa, perteneciente a la influyente familia Lapaza.
Se trata de Maurice de Sax (Mauricio de Sajonia) (1696-1750), Gran Mariscal de Francia, quien además de haber sido un reputado militar, admirado por el mismo Napoleón, fue conocido por su amor a las mujeres, hasta el punto de que habiendo fallecido de una enfermedad desconocida, en su certificado de defunción consta el "exceso de mujeres" como motivo de la muerte.
Sus Memorias, recopiladas por uno de sus ayudantes, fueron traducidas al castellano con el título de "Historia de Mauricio, Conde de Sax, Mariscal General de los campos y ejércitos de su majestad cristianísima, duque electo de Cutlandia y Semigalia, caballero de las órdenes de Polonia y Sajonia", por José Francisco de Lapaza y Sarriá (1726-1770), y publicadas en San Sebastián en la imprenta de Lorenzo José Riesgo y Montero en 1757, publicación aprobada tras su lectura, por el Padre Larramendi.
El tal Mauricio de Sajonia sería un personaje impagable en las actuales tertulias televisivas a juzgar por sus increíbles andanzas y correrías relatadas en sus Memorias.
"Cuando vencidas nuestras armas en la guerra con la república francesa en 1794, llegaron los revolucionarios hasta el Ebro, pequeña y débil fue la resistencia que en el camino encontraron. Las causas de infidencia, formadas después, denunciaron la complicidad de muchos caballeros y clérigos del país con los invasores y sus ocultos tratos para facilitar la anexión de aquellas provincias a la República francesa o el constituirse en estado independiente bajo la protección de Francia. Clérigo guipuzcoano hubo que autorizó y bendijo los matrimonios civiles celebrados en las municipalidades que los franceses establecieron en varios lugares de aquella provincia y aún publicó un folleto donde sostiene las más radicales doctrinas sobre este punto hasta decir que el matrimonio es puro contrato civil"
A pie de nota nos da su nombre y el de su obra, "Satisfacción del presbítero Don Diego de Lazcano, capellán que fué de las religiosas Brígidas de la población de Lasarte a los cargos que le hacen sobre la conducta que ha tenido desde la última invasión del ejército francés en la provincia de Guipúzcoa el primero de agosto de 1794". Bayona, Imprenta de la Viuda de Duhart-Fauvert, 1797.En el citado escrito, el clérigo se defiende de la acusación de haber legitimado los matrimonios civiles que se habían celebrado en la población guipuzcoana durante el tiempo en que duró la ocupación francesa, arguyendo que debe separarse el matrimonio civil como mero contrato legal entre dos personas, del sacramento eclesiástico que bendice la unión, entendiendo éste como un asunto independiente de aquél y que corresponde a la intimidad litúrgica de la Iglesia y sus creyentes.
Diego Martín de Lazcano y Galarraga, había nacido en Tolosa en la calle Arostegieta en enero de 1736, hijo del escribano de la villa, Pedro de Lazcano, lo que le permitió disfrutar de una educación superior a la habitual en la época.
Ejecución de Luis XVI en la guillotina |
Anteriormente había traducido al castellano la obra "Ensayo sobre la nobleza de los bascongados para que sirva de introducción a la Historia general de aquellos pueblos", escrita durante los últimos años del reinado de Luis XVI por el obispo de Olerón, Barthelémy Jean Baptiste Sanadón, traducción impresa en Tolosa en la imprenta de Francisco de la Lama en 1786, un año después de haberse publicado la versión francesa.
Este obispo, nombrado por el nuevo poder revolucionario como prelado del recién creado departamento de los Bajos Pirineos, será un firme defensor, como nuestro presbítero tolosarra, de la separación entre el poder civil y el eclesiástico e instará a los sacerdotes bajo su mando a obedecer a las nuevas autoridades civiles revolucionarias y a prestar el preceptivo juramento constitucional, tal y como él lo hará en Pau en 1791. Fue miembro de la Convención y encarcelado durante el periodo del Terror.
La obra a la que hacemos referencia, está basada en los escritos de Jean Philipe Béla, y es una lectura ilustrada de los Fueros vascos, amén de una defensa de la particularidad de los tres territorios vascos de Iparralde y de su autonomía político-administrativa frente al absolutismo uniformador de los Borbones.
Casa solariega de los Béla en Maule - Fuente: Wikipedia.fr |
Inicia su carrera militar como teniente de dragones en Metz, y combatirá en Suecia y en la Guerra de Sucesión de Polonia (1733-1738), donde es hecho prisionero por los rusos en Dantzig, escapando de la prisión tras una rocambolesca huída, refugiándose en Könisgberg, tal y como relatará en sus Memorias militares.
Funda en 1745 un cuerpo formado exclusivamente por soldados vascos, los Cántabros voluntarios, precursores de los chasseurs basques (cazadores vascos) con los que con el rango de capitán el futuro mariscal Harispe luchará en la Guerra de la Convención.
Chasseurs basques 1793-1795 |
En 1767 abandona el ejército y se dedicará a escribir y a la política hasta su muerte en Pau en 1796, traduciendo al euskera varias obras sobre agricultura y economía.
Se le atribuye el proverbio en euskera "Lehen hala, orain hola, gero ez jakin nola" (antes, así; ahora, asá; luego quién sabrá).
En la Guerra de Sucesión de Polonia coincidirá con otro personaje ligado a Tolosa por el mismo motivo, el haber sido traducido al castellano por un vecino de la villa, perteneciente a la influyente familia Lapaza.
Tolosa- Lapaza etxea |
Sus Memorias, recopiladas por uno de sus ayudantes, fueron traducidas al castellano con el título de "Historia de Mauricio, Conde de Sax, Mariscal General de los campos y ejércitos de su majestad cristianísima, duque electo de Cutlandia y Semigalia, caballero de las órdenes de Polonia y Sajonia", por José Francisco de Lapaza y Sarriá (1726-1770), y publicadas en San Sebastián en la imprenta de Lorenzo José Riesgo y Montero en 1757, publicación aprobada tras su lectura, por el Padre Larramendi.
El tal Mauricio de Sajonia sería un personaje impagable en las actuales tertulias televisivas a juzgar por sus increíbles andanzas y correrías relatadas en sus Memorias.
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