El amigo Patxi Olite me vuelve a preparar una ruta cercana a Tafalla para este fin de semana. Esta vez, nos acercamos a la Laguna de Pitillas, aprovechando que tras el invierno y primavera más lluviosos de los últimos años, se encuentra rebosante de agua.
A pesar de ello, el frío que todavía no acaba de abandonar tampoco estos lares, impide que hayan llegado algunas de las aves que ya debieran poblar sus humedales. Por otra parte, la abundancia de agua ha impedido el crecimiento de los carrizales que dan cobijo a muchas de ellas.
Esta laguna de origen natural, no lo es totalmente ya que la mano del hombre ha actuado y actúa sobre ella, pese a lo cual no hay que quitarle en lo más mínimo el alto valor ecológico que posee, sobre todo como estación de paso de muchas especies de aves migratorias.
En la Edad Media, el humedal recibía el nombre de Balsa de Sabasán, era utilizado para el riego y pertenecía al rey de Navarra, quien lo empleaba como zona de caza, dada la abundancia de aves. En el siglo XVI se construyó una presa para aumentar su capacidad y por ende, su rendimiento para el riego.
En 1971 el ayuntamiento de Pitillas, entonces propietario de los terrenos, la desecó y roturó sus tierras para dedicarlas al cultivo. La sequedad y salinidad de los terrenos hizo abandonar el proyecto una vez comprobado su bajo rendimiento. La Diputación Foral se hizo cargo y volvió a cerrar sus compuertas, recuperando poco a poco la situación inicial y convirtiendo el espacio en Reserva Natural.
Se nutre principalmente de las aguas que bajan de la cercana Sierra de Ujué.
Ocupa una extensión de 216 hectáreas, aunque en momentos como el actual puede llegar a cubrir cerca de 300.
Dejamos el coche en el aparcamiento junto a la sala de interpretación de la laguna y cogemos el camino que comienza a bordearla hacia el norte, siempre pegados a la misma, todo lo que nos permite la abundante agua acumulada. A los pocos minutos llegaremos a uno de los puestos de observación preparados para poder avistar las aves sin molestar ni ser vistos. Imprescindibles los prismáticos (o "catalejos" como los denominábamos en nuestra niñez).
Continuamos la ruta, aunque en este punto dejamos de lado la laguna para alargar nuestro paseo y nos dirigimos hacia la carretera que une Pitillas y Santacara.
Recorremos unos dos kilómetros por ella, hasta encontrar un nuevo camino a nuestra izquierda marcado como ruta periférica de la laguna.
Al cabo de unos diez minutos de transitar por el mismo, nos encontramos con que el agua ha anegado el camino y nos vemos en la tesitura de darnos la vuelta y replantearnos la ruta elegida.
En vista del inesperado soleado día que ha surgido como invitado de piedra entre las lluviosas jornadas de este extraño mes de mayo, que nos ayudará a secar nuestros pies, decidimos vadear la lengua de agua que cubre el camino, lo que conseguimos a cambio de encharcar nuestras botas.
Como preveíamos, el sol reinante nos ayudará a secarnos poco a poco y todavía estamos chapoteando nuestros pasos cuando en la siguiente bifurcación, giramos casi 150º a la izquierda. Unos metros después, encontraremos un nuevo cruce, en el que escogemos equivocadamente el camino de la izquierda, aunque en todo momento mantenemos la referencia visual de nuestro destino, la ermita de Santo Domingo, que ocupa un pequeño promontorio junto a la laguna. Cogiendo caminos en zigzag subsanamos parcialmente el error y alcanzamos el camino más ancho que desde Pitillas se dirige hacia la ermita.
Un pequeño repecho y estamos en la loma, que con su restaurada ermita domina el entorno con unas vistas privilegiadas. Nos colocamos de espaldas a la puerta y tenemos enfrente el Moncayo, todavía nevado.
A nuestras espaldas, la Sierra de Ujué, con Ujué y San Martín de Unx, más a la izquierda, Olite y Tafalla y siguiendo nuestro giro contrariamente a las agujas del reloj, la en estos días inmensa Laguna de Pitillas a nuestros pies.
En cuanto a la ermita, el primer documento que la referencia data del siglo XV, y luce en todo su esplendor desde la restauración llevada a cabo hace ahora un año de forma altruista por vecinos jubilados de Pitillas. Como la laguna, también era conocida con el topónimo de Sabasán.
Junto a la ermita, un foso cuadrado recubierto de piedra, que puede ser la base de una antigua torre medieval que se asentase en el lugar, o un aljibe para la recogida de agua.
Hay vestigios de que este cerro estuvo habitado desde la Edad del Bronce, y podemos apreciar a nuestro alrededor restos del castro a media altura en la ladera sureste.
Históricamente hay referencias de dos fechas en las que se hacía romería a la ermita, por San Gregorio el 9 de mayo y en honor al santo que le da nombre el 4 de agosto. La primera de ellas, perdura en la actualidad, habiendo dejado de realizarse la del titular de la ermita desde 1924.
El edificio religioso dedicado a culto tiene un anexo como vivienda para el ermitaño, aunque el último nombrado oficialmente como tal dejó su labor en 1748.
Como última curiosidad del lugar, en 1492 y un siglo después en 1598, hubo excavaciones en el cerro en busca de un presunto tesoro que, decía la leyenda, se escondía desde tiempos inmemoriales.
Pensando en tesoros imposibles, abandonamos el lugar y por la pista nos dirigimos hacia el punto de partida de nuestra excursión.
Antes, nos detenemos a admirar un corral de ganado restaurado, con su característica cabaña redonda, que servía de refugio al pastor.
Flanqueando la entrada al corral, unos curiosos menhires. El conjunto está muy bien conservado y nos da idea de la forma de vida ancestral de los pastores de la zona.
Unas 3 horas y media después, llegamos al lugar donde habíamos dejado el coche, dando por concluido el bonito paseo, aprovechando el no menos excelente día, oasis entre los días lluviosos que todavía nos quedaban por ver en este húmedo mayo.
Dejo la ruta en Wikiloc.
A pesar de ello, el frío que todavía no acaba de abandonar tampoco estos lares, impide que hayan llegado algunas de las aves que ya debieran poblar sus humedales. Por otra parte, la abundancia de agua ha impedido el crecimiento de los carrizales que dan cobijo a muchas de ellas.
Esta laguna de origen natural, no lo es totalmente ya que la mano del hombre ha actuado y actúa sobre ella, pese a lo cual no hay que quitarle en lo más mínimo el alto valor ecológico que posee, sobre todo como estación de paso de muchas especies de aves migratorias.
En la Edad Media, el humedal recibía el nombre de Balsa de Sabasán, era utilizado para el riego y pertenecía al rey de Navarra, quien lo empleaba como zona de caza, dada la abundancia de aves. En el siglo XVI se construyó una presa para aumentar su capacidad y por ende, su rendimiento para el riego.
En 1971 el ayuntamiento de Pitillas, entonces propietario de los terrenos, la desecó y roturó sus tierras para dedicarlas al cultivo. La sequedad y salinidad de los terrenos hizo abandonar el proyecto una vez comprobado su bajo rendimiento. La Diputación Foral se hizo cargo y volvió a cerrar sus compuertas, recuperando poco a poco la situación inicial y convirtiendo el espacio en Reserva Natural.
Se nutre principalmente de las aguas que bajan de la cercana Sierra de Ujué.
Ocupa una extensión de 216 hectáreas, aunque en momentos como el actual puede llegar a cubrir cerca de 300.
Dejamos el coche en el aparcamiento junto a la sala de interpretación de la laguna y cogemos el camino que comienza a bordearla hacia el norte, siempre pegados a la misma, todo lo que nos permite la abundante agua acumulada. A los pocos minutos llegaremos a uno de los puestos de observación preparados para poder avistar las aves sin molestar ni ser vistos. Imprescindibles los prismáticos (o "catalejos" como los denominábamos en nuestra niñez).
Continuamos la ruta, aunque en este punto dejamos de lado la laguna para alargar nuestro paseo y nos dirigimos hacia la carretera que une Pitillas y Santacara.
Recorremos unos dos kilómetros por ella, hasta encontrar un nuevo camino a nuestra izquierda marcado como ruta periférica de la laguna.
Al cabo de unos diez minutos de transitar por el mismo, nos encontramos con que el agua ha anegado el camino y nos vemos en la tesitura de darnos la vuelta y replantearnos la ruta elegida.
En vista del inesperado soleado día que ha surgido como invitado de piedra entre las lluviosas jornadas de este extraño mes de mayo, que nos ayudará a secar nuestros pies, decidimos vadear la lengua de agua que cubre el camino, lo que conseguimos a cambio de encharcar nuestras botas.
Como preveíamos, el sol reinante nos ayudará a secarnos poco a poco y todavía estamos chapoteando nuestros pasos cuando en la siguiente bifurcación, giramos casi 150º a la izquierda. Unos metros después, encontraremos un nuevo cruce, en el que escogemos equivocadamente el camino de la izquierda, aunque en todo momento mantenemos la referencia visual de nuestro destino, la ermita de Santo Domingo, que ocupa un pequeño promontorio junto a la laguna. Cogiendo caminos en zigzag subsanamos parcialmente el error y alcanzamos el camino más ancho que desde Pitillas se dirige hacia la ermita.
Un pequeño repecho y estamos en la loma, que con su restaurada ermita domina el entorno con unas vistas privilegiadas. Nos colocamos de espaldas a la puerta y tenemos enfrente el Moncayo, todavía nevado.
A nuestras espaldas, la Sierra de Ujué, con Ujué y San Martín de Unx, más a la izquierda, Olite y Tafalla y siguiendo nuestro giro contrariamente a las agujas del reloj, la en estos días inmensa Laguna de Pitillas a nuestros pies.
Junto a la ermita, un foso cuadrado recubierto de piedra, que puede ser la base de una antigua torre medieval que se asentase en el lugar, o un aljibe para la recogida de agua.
Hay vestigios de que este cerro estuvo habitado desde la Edad del Bronce, y podemos apreciar a nuestro alrededor restos del castro a media altura en la ladera sureste.
Históricamente hay referencias de dos fechas en las que se hacía romería a la ermita, por San Gregorio el 9 de mayo y en honor al santo que le da nombre el 4 de agosto. La primera de ellas, perdura en la actualidad, habiendo dejado de realizarse la del titular de la ermita desde 1924.
El edificio religioso dedicado a culto tiene un anexo como vivienda para el ermitaño, aunque el último nombrado oficialmente como tal dejó su labor en 1748.
Como última curiosidad del lugar, en 1492 y un siglo después en 1598, hubo excavaciones en el cerro en busca de un presunto tesoro que, decía la leyenda, se escondía desde tiempos inmemoriales.
Pensando en tesoros imposibles, abandonamos el lugar y por la pista nos dirigimos hacia el punto de partida de nuestra excursión.
Antes, nos detenemos a admirar un corral de ganado restaurado, con su característica cabaña redonda, que servía de refugio al pastor.
Flanqueando la entrada al corral, unos curiosos menhires. El conjunto está muy bien conservado y nos da idea de la forma de vida ancestral de los pastores de la zona.
Unas 3 horas y media después, llegamos al lugar donde habíamos dejado el coche, dando por concluido el bonito paseo, aprovechando el no menos excelente día, oasis entre los días lluviosos que todavía nos quedaban por ver en este húmedo mayo.
Dejo la ruta en Wikiloc.
Gracias
ResponderEliminarOs invito a colaborar con la página http://www.nevasport.com/phorum/read.php?87,3077473 , que dice ...
Hola, amigos
Sería útil y estaría fenomenal si en este hilo enlazáramos fotos panorámicas donde se indique el nombre de las montañas que se ven en ellas. También pueden venir indicados los nombres de otros accidentes geográficos o elementos del paisaje, tanto naturales (ríos, lagos, valles, bosques, etc.) como artificiales (pueblos, ciudades, embalses, puentes, monumentos, antenas, etc.).
Las fotografías pueden ser directamente del paisaje o bien de mesas o paneles panorámicos o interpretativos que nos encontremos en miradores y que lleven los topónimos de lo que el montañero divisa delante suyo y detrás de la señal correspondiente.
Si alguien tiene buenas fotos panorámicas retocadas y rotuladas con nombres de montes y demás y no las ha subido le animo a hacerlo y luego poner aquí los enlaces correspondientes. Se pueden subir fácil, rápido y gratis a varios servidores, alojamientos o hostings, p.e. a los indicados en http://www.taringa.net/posts/info/13639291/Paginas-web-para-subir-tus-imagenes-o-fotos.html o en http://www.forocoches.com/foro/showthread.php?t=2259560 . Y si alguien tiene buenas imágenes de panoramas sin rotular con los nombres puede hacerlo gratis y fácilmente con GIMP. Lo puede descargar e informarse sobre su uso desde http://www.gimp.org.es/
¡Buena suerte!
martinmena.es
ResponderEliminarLa colocación de fuentes de agua puede ser de gran ayuda para los visitantes del lugar, ofreciendo un recurso accesible y refrescante que promueve la hidratación y el bienestar durante su visita.