El pasado mes de abril se inauguró en el Archivo General de Navarra de Iruña-Pamplona una exposición dedicada a rememorar el inicio de los acontecimientos históricos acaecidos en el territorio entre los años 1893 y 1894, conocidos como La Gamazada.
La Primera Guerra Carlista finaliza en el País Vasco con la firma del Convenio de Vergara en 1839 entre Espartero y Maroto (jefes militares de los bando liberal y carlista respectivamente).
En el primero de sus artículos se recoge el compromiso por parte de Espartero de proponer a las Cortes la concesión o modificación de los Fueros de las tres provincias Vascongadas y Navarra.
Las Cortes españolas promulgarán la Ley de 25 de octubre de 1839 confirmando los Fueros de las provincias Vascongadas y Navarra, "sin perjuicio de la unidad constitucional de la Monarquía"
El Gobierno, "oyendo antes a las Provincias Vascongadas y Navarra", según se expresa en el texto legislativo, propondría las modificaciones necesarias a fin de conciliar los Fueros con el interés general de la Nación y la Constitución de la Monarquía.
Mientras que el acuerdo con las primeras, conocido como Concierto Económico no llegará hasta 1878, dos años después de la finalización de la Segunda Guerra Carlista (tercera para algunos historiadores si se tiene en cuenta la Guerra de los Matiners en Cataluña), con Navarra llegó en 1841 con la firma de la Ley Paccionada.
En 1893 en las Cortes comienza la tramitación del proyecto de ley de presupuestos generales del Estado para el curso económico 1893-1894, presentado por el entonces Ministro de Hacienda, German Gamazo Calvo.
En su artículo 17 ordenaba al Gobierno que haciendo uso de la autorización que el artículo 8 de la Ley de 11 de julio de 1877 le confería para ello, aplicara a la provincia de Navarra " las contribuciones, rentas e impuestos que actualmente rigen y los que por la presente ley se crean en las demás provincias del Reino"
Las protestas de la Diputación Foral y los ayuntamientos navarros no se hacen esperar y son secundados mayoritariamente por la población, que se manifiesta en las calles de Pamplona el 4 de junio de 1893 bajo el lema "Paz y Fueros".
Tres días antes incluso hubo un fallido intento de alzamiento en el Fuerte Santa Isabel, entre Obanos y Puente La Reina, por parte del militar José López Zabalegui, que forma una pequeña partida al grito de "Vivan los Fueros", aunque es rápidamente desmantelada.
Paralelamente, la protesta se extiende por el resto de territorios vascos produciéndose diversos desórdenes, el más relevante de ellos el ocurrido en Donostia-San Sebastián el 27 de agosto al asaltar la gente el Hotel Londres, donde se hospedaba el entonces presidente del Gobierno, Práxedes Mateo Sagasta, altercado que se salda con dos muertos y varios heridos.
Por otra parte, la Diputación navarra, alentada por el amplio apoyo popular, promueve una recogida de firmas, que en pocos días logra reunir el nada desdeñable número de 125.000 entre una población que rondaba los 300.000 habitantes.
Las firmas le serán remitidas a la Reina Regente María Cristina.
Las rúbricas junto con el texto que las acompañaba fueron impresas en un libro con el título de "Protesta Foral de Navarra", conocido también con el sobrenombre de "Libro de Honor de los Navarros", título que figuraba en la portadilla del mismo.
En este enlace pueden consultarse la totalidad de las firmas por población. Entre ellas he podido localizar en Tafalla al menos a dos de mis cuatro bisabuelos navarros, Miguel Zubiri Muruzabal e Isabel Alzueta Nicol.
En febrero de 1894, seis meses después de aprobar las Cortes la Ley, la Diputación navarra es llamada a Madrid para negociar las condiciones de su aplicación, tal y como se reflejaba en la modificación del artículo referido a Navarra, en el que se preveía que se llevaría a la práctica de forma concertada. La Diputación navarra mantuvo su postura inflexible, quedando la entrada en vigor de la ley en punto muerto.
De vuelta a Navarra la Diputación es recibida en olor de multitudes por el pueblo a su paso por las estaciones de tren entre Castejón y Pamplona. En la primera de ellas les esperaban más de 15.000 navarros.
El 12 de marzo de 1894, el ministro de Hacienda, Germán Gamazo es destituido de su cargo y el gobierno de Sagasta desistirá de sus planes de modificar el régimen fiscal navarro, finalizando así los acontecimientos posteriormente conocidos como la Gamazada.
Consecuencia también de estos acontecimientos es el Monumento a los Fueros del Paseo Sarasate de Iruña-Pamplona.
Al calor de las protestas y manifestaciones se había promovido una cuestación popular para erigirlo, siendo encargado el proyecto al arquitecto Manuel Martínez de Ubago.
Destituido el ministro Gamazo y acabado el riesgo de la uniformización de los impuestos, el interés por el mismo se fue diluyendo y la suscripción popular no alcanzó el importe necesario para su construcción.
No sería hasta 1903 cuando se acabase de construir en su actual emplazamiento sobre una base pentagonal representando a las cinco merindades. Su inscripción principal en euskera dice lo siguiente:
Gu gaurko euskaldunok, gure aitasoen illezkorren oroipenean, bildu gara emen gure legea gorde nai dugula erakusteko
En el primero de sus artículos se recoge el compromiso por parte de Espartero de proponer a las Cortes la concesión o modificación de los Fueros de las tres provincias Vascongadas y Navarra.
Las Cortes españolas promulgarán la Ley de 25 de octubre de 1839 confirmando los Fueros de las provincias Vascongadas y Navarra, "sin perjuicio de la unidad constitucional de la Monarquía"
El Gobierno, "oyendo antes a las Provincias Vascongadas y Navarra", según se expresa en el texto legislativo, propondría las modificaciones necesarias a fin de conciliar los Fueros con el interés general de la Nación y la Constitución de la Monarquía.
Mientras que el acuerdo con las primeras, conocido como Concierto Económico no llegará hasta 1878, dos años después de la finalización de la Segunda Guerra Carlista (tercera para algunos historiadores si se tiene en cuenta la Guerra de los Matiners en Cataluña), con Navarra llegó en 1841 con la firma de la Ley Paccionada.
En 1893 en las Cortes comienza la tramitación del proyecto de ley de presupuestos generales del Estado para el curso económico 1893-1894, presentado por el entonces Ministro de Hacienda, German Gamazo Calvo.
En su artículo 17 ordenaba al Gobierno que haciendo uso de la autorización que el artículo 8 de la Ley de 11 de julio de 1877 le confería para ello, aplicara a la provincia de Navarra " las contribuciones, rentas e impuestos que actualmente rigen y los que por la presente ley se crean en las demás provincias del Reino"
Las protestas de la Diputación Foral y los ayuntamientos navarros no se hacen esperar y son secundados mayoritariamente por la población, que se manifiesta en las calles de Pamplona el 4 de junio de 1893 bajo el lema "Paz y Fueros".
Tres días antes incluso hubo un fallido intento de alzamiento en el Fuerte Santa Isabel, entre Obanos y Puente La Reina, por parte del militar José López Zabalegui, que forma una pequeña partida al grito de "Vivan los Fueros", aunque es rápidamente desmantelada.
Paralelamente, la protesta se extiende por el resto de territorios vascos produciéndose diversos desórdenes, el más relevante de ellos el ocurrido en Donostia-San Sebastián el 27 de agosto al asaltar la gente el Hotel Londres, donde se hospedaba el entonces presidente del Gobierno, Práxedes Mateo Sagasta, altercado que se salda con dos muertos y varios heridos.
Por otra parte, la Diputación navarra, alentada por el amplio apoyo popular, promueve una recogida de firmas, que en pocos días logra reunir el nada desdeñable número de 125.000 entre una población que rondaba los 300.000 habitantes.
Las firmas le serán remitidas a la Reina Regente María Cristina.
Las rúbricas junto con el texto que las acompañaba fueron impresas en un libro con el título de "Protesta Foral de Navarra", conocido también con el sobrenombre de "Libro de Honor de los Navarros", título que figuraba en la portadilla del mismo.
En febrero de 1894, seis meses después de aprobar las Cortes la Ley, la Diputación navarra es llamada a Madrid para negociar las condiciones de su aplicación, tal y como se reflejaba en la modificación del artículo referido a Navarra, en el que se preveía que se llevaría a la práctica de forma concertada. La Diputación navarra mantuvo su postura inflexible, quedando la entrada en vigor de la ley en punto muerto.
De vuelta a Navarra la Diputación es recibida en olor de multitudes por el pueblo a su paso por las estaciones de tren entre Castejón y Pamplona. En la primera de ellas les esperaban más de 15.000 navarros.
Consecuencia también de estos acontecimientos es el Monumento a los Fueros del Paseo Sarasate de Iruña-Pamplona.
Al calor de las protestas y manifestaciones se había promovido una cuestación popular para erigirlo, siendo encargado el proyecto al arquitecto Manuel Martínez de Ubago.
Destituido el ministro Gamazo y acabado el riesgo de la uniformización de los impuestos, el interés por el mismo se fue diluyendo y la suscripción popular no alcanzó el importe necesario para su construcción.
No sería hasta 1903 cuando se acabase de construir en su actual emplazamiento sobre una base pentagonal representando a las cinco merindades. Su inscripción principal en euskera dice lo siguiente:
Gu gaurko euskaldunok, gure aitasoen illezkorren oroipenean, bildu gara emen gure legea gorde nai dugula erakusteko
Nosotros los vascos de hoy/nos hemos reunido aquí/en recuerdo inmortal de nuestros antepasados/para demostrar que queremos/guardar nuestras leyes.
En estos tiempos en los que se alzan y jalean voces populistas que suspiran por el mismo afán uniformizador de entonces, esperemos no tener que volver a sufrir una nueva Gamazada.
En estos tiempos en los que se alzan y jalean voces populistas que suspiran por el mismo afán uniformizador de entonces, esperemos no tener que volver a sufrir una nueva Gamazada.
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