El primer día del Superpuente estrenamos la temporada de esquí. En los últimos años nos hemos acostumbrado a adelantar el inicio de la misma a los primeros días de diciembre e incluso al último fin de semana de noviembre.
Hasta hace no tanto tiempo, no comenzábamos a esquiar hasta Navidades en el mejor de los casos, e incluso hasta el mes de enero.
No obstante, ahora nos lamentamos si, como en este puente, sólo nos sale un día bueno de los cinco de que disponíamos para praticar nuestro deporte favorito.
El sábado mereció la pena, y pensándolo fríamente valió por todos los días del puente juntos. Un día espléndido aunque frío y una nieve inmejorable propiciaron que iniciásemos la temporada a lo grande. Así se veían las pistas desde la urbanización de Formigal.Uno de los encantos del esquí, como la caza para quienes la practican o la temporada de sidrerías, es su temporalidad. Si pudiésemos practicarlo durante todo el año, perdería parte de su atractivo.
Es muy manida y conocida la referencia a que los esquimales tienen un gran número de palabras para designar lo que nosotros llamamos nieve.
Los linguistas Sapir y Whorf utilizaron dicho argumento para defender el relativismo linguístico. Sin entrar en la discusión sobre si el lenguaje determina nuestra visión del mundo o no, sí que es indiscutible un componente de necesidad a la hora de que una lengua desarrolle más o menos vocablos para expresar una idea o fenómeno.
Este igloo no está en Alaska sino en mitad del valle de Izas, en Formigal y funciona como bar. La imagen es de las mismas fechas pero hace 2 años. Como vemos, con peor tiempo.En el caso de los amantes del esquí, no llegamos a la precisión esquimal, pero sí que utilizamos una serie de calificativos para adjetivar los diferentes tipos de nieve que nos encontramos: polvo, húmeda, primavera, dura y sus diferentes subvariantes: sopa, pescadería, costra, podrida, seca, fría, ...
También está muy extendido el dicho de que no hay buena o mala nieve sino buenos o malos esquiadores.
La realidad es que no es lo mismo un día soleado con nieve polvo fría, temperaturas bajo cero y ausencia de viento, que una jornada con nieve húmeda podrida, mala visibilidad, persistente lluvia, temperaturas templadas y fuerte viento racheado, por poner dos extremos, para deslizarse por las pistas o fuera de ellas, disfrutando de la nieve.
Buenos o malos esquiadores, todos preferimos la primera, sobre todo conforme van pasando los años.
En este puente se han dado los dos extremos y para quedarnos con lo positivo, el sábado fue un día de los primeros.
Subimos tempranito, para las 9 y media, y comenzamos por el arrastre de Tramacastilla, vacío a esas horas. Tras varios descensos, decidimos seguir hasta Sextas haciendo la pista del Descenso completa, una de las más largas (3.332 m.) y con mayor desnivel de la estación (717 m.). La parte baja, con nieve de cañón y mucha bola de hielo. Inicio de la pista desde la llegada del telesquí.La rápida silla de 8 de Sextas nos deja de nuevo en la zona de Cantal desde donde nos dirigimos hacia el valle de Anayet. Bajamos por Midi y decidimos no continuar hacia Portalet viendo la cola de gente que se agolpaba en la silla de Anayet.
Una vista de Punta Escarra (2.753 m.) y Pala de Ip (2.778 m.) desde la llegada de esta silla.Huyendo de la gente y de los tableros que colapsan las pistas de Portalet, buscamos algo más de tranquilidad y la mejor nieve de Formigal en los arrastres del valle de Izas.
No nos equivocamos, pena que las pistas sean tan cortas. Bajadas por Huegas, Arándanos, Escarra, Pala Escarra, algún descenso por los tubos de Escarra (aunque no era la mejor nieve para adentrarse por ellos, demasiado suelta para mi gusto) y vuelta a Tres Hombres para finalizar una épica jornada de esquí. La salida de la pista de Escarra.Lo lamentable ha sido que los otros cuatro días del Puente no ha parado de llover y llover. Los pantanos de Lanuza y Búbal, casi llenos a pesar de estar todavía a principios de diciembre y qué decir del pantano de Yesa, que está ya al 90% de su capacidad.
No obstante y como siempre que el tiempo no acompaña en Formigal, el plan B suele tener carácter gastronómico y esta vez no iba a ser menos.
Para finalizar, una receta típica de la zona: la Olla Tensina.
En una cazuela u olla ponemos a cocer mitad de garbanzos mitad de alubias, con 1 hueso de jamón, careta y costilla de cerdo, 1 cebolla entera pelada y una cabeza de ajos. Como todas la legumbres, las cocemos a fuego lento y vamos añadiendo agua fría para romper el hervor. Al final de la cocción añadimos chorizo o longaniza y morcilla de arroz.
Cuando engorda la salsa, retiramos la cebolla y el ajo y los añadimos después de pasarlos por el chino.
Trozeamos la carne y servimos en una cazuela de barro para mantener la temperatura.
Para entrar en calor y reponer fuerzas después del esfuerzo.
Hasta hace no tanto tiempo, no comenzábamos a esquiar hasta Navidades en el mejor de los casos, e incluso hasta el mes de enero.
No obstante, ahora nos lamentamos si, como en este puente, sólo nos sale un día bueno de los cinco de que disponíamos para praticar nuestro deporte favorito.
El sábado mereció la pena, y pensándolo fríamente valió por todos los días del puente juntos. Un día espléndido aunque frío y una nieve inmejorable propiciaron que iniciásemos la temporada a lo grande. Así se veían las pistas desde la urbanización de Formigal.Uno de los encantos del esquí, como la caza para quienes la practican o la temporada de sidrerías, es su temporalidad. Si pudiésemos practicarlo durante todo el año, perdería parte de su atractivo.
Es muy manida y conocida la referencia a que los esquimales tienen un gran número de palabras para designar lo que nosotros llamamos nieve.
Los linguistas Sapir y Whorf utilizaron dicho argumento para defender el relativismo linguístico. Sin entrar en la discusión sobre si el lenguaje determina nuestra visión del mundo o no, sí que es indiscutible un componente de necesidad a la hora de que una lengua desarrolle más o menos vocablos para expresar una idea o fenómeno.
Este igloo no está en Alaska sino en mitad del valle de Izas, en Formigal y funciona como bar. La imagen es de las mismas fechas pero hace 2 años. Como vemos, con peor tiempo.En el caso de los amantes del esquí, no llegamos a la precisión esquimal, pero sí que utilizamos una serie de calificativos para adjetivar los diferentes tipos de nieve que nos encontramos: polvo, húmeda, primavera, dura y sus diferentes subvariantes: sopa, pescadería, costra, podrida, seca, fría, ...
También está muy extendido el dicho de que no hay buena o mala nieve sino buenos o malos esquiadores.
La realidad es que no es lo mismo un día soleado con nieve polvo fría, temperaturas bajo cero y ausencia de viento, que una jornada con nieve húmeda podrida, mala visibilidad, persistente lluvia, temperaturas templadas y fuerte viento racheado, por poner dos extremos, para deslizarse por las pistas o fuera de ellas, disfrutando de la nieve.
Buenos o malos esquiadores, todos preferimos la primera, sobre todo conforme van pasando los años.
En este puente se han dado los dos extremos y para quedarnos con lo positivo, el sábado fue un día de los primeros.
Subimos tempranito, para las 9 y media, y comenzamos por el arrastre de Tramacastilla, vacío a esas horas. Tras varios descensos, decidimos seguir hasta Sextas haciendo la pista del Descenso completa, una de las más largas (3.332 m.) y con mayor desnivel de la estación (717 m.). La parte baja, con nieve de cañón y mucha bola de hielo. Inicio de la pista desde la llegada del telesquí.La rápida silla de 8 de Sextas nos deja de nuevo en la zona de Cantal desde donde nos dirigimos hacia el valle de Anayet. Bajamos por Midi y decidimos no continuar hacia Portalet viendo la cola de gente que se agolpaba en la silla de Anayet.
Una vista de Punta Escarra (2.753 m.) y Pala de Ip (2.778 m.) desde la llegada de esta silla.Huyendo de la gente y de los tableros que colapsan las pistas de Portalet, buscamos algo más de tranquilidad y la mejor nieve de Formigal en los arrastres del valle de Izas.
No nos equivocamos, pena que las pistas sean tan cortas. Bajadas por Huegas, Arándanos, Escarra, Pala Escarra, algún descenso por los tubos de Escarra (aunque no era la mejor nieve para adentrarse por ellos, demasiado suelta para mi gusto) y vuelta a Tres Hombres para finalizar una épica jornada de esquí. La salida de la pista de Escarra.Lo lamentable ha sido que los otros cuatro días del Puente no ha parado de llover y llover. Los pantanos de Lanuza y Búbal, casi llenos a pesar de estar todavía a principios de diciembre y qué decir del pantano de Yesa, que está ya al 90% de su capacidad.
No obstante y como siempre que el tiempo no acompaña en Formigal, el plan B suele tener carácter gastronómico y esta vez no iba a ser menos.
Para finalizar, una receta típica de la zona: la Olla Tensina.
En una cazuela u olla ponemos a cocer mitad de garbanzos mitad de alubias, con 1 hueso de jamón, careta y costilla de cerdo, 1 cebolla entera pelada y una cabeza de ajos. Como todas la legumbres, las cocemos a fuego lento y vamos añadiendo agua fría para romper el hervor. Al final de la cocción añadimos chorizo o longaniza y morcilla de arroz.
Cuando engorda la salsa, retiramos la cebolla y el ajo y los añadimos después de pasarlos por el chino.
Trozeamos la carne y servimos en una cazuela de barro para mantener la temperatura.
Para entrar en calor y reponer fuerzas después del esfuerzo.
Un montón de nieve. Para los amantes de los deportes de nieve, este tipo de lugares son magníficos para ellos. Solo tendrás que llevarte tu abrigo, tus esquís y disfrutar del momento.
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