En vista de las últimas nevadas y después de la experiencia del pasado fin de semana en Putterri, donde la nieve nos cubría hasta las rodillas, decidimos dar nuestro paseo montañero del fin de semana por la costa, donde obviamente no íbamos a encontrarnos con la misma dificultad.
Iniciamos nuestro periplo en Zarautz, hasta donde nos acercamos en coche. Como en todas las villas costeras, su ayuntamiento aprovecha la afluencia de coches para recaudar vía OTA y nos costó encontrar un lugar adecuado para dejar nuestro coche.
El recorrido elegido es de baja dificultad y no muy largo y en su primera parte coincide con el que relaté en la entrada Getaria-Zarautz-Orio, aunque el paisaje varía sensiblemente, ya que aquél lo realicé en verano.
Salimos junto a la iglesia de Santa María la Real de Zarautz, iglesia gótica del siglo XV, con diferentes añadidos durante los siglos XVI, XVII y XVIII hasta darle el aspecto que vemos hoy. Las últimas reformas sacaron a la luz varios niveles de ocupación que nos dan muestra de la historia de Zarautz desde el siglo V a.C. hasta nuestros días. Interesante yacimiento arqueológico.
Cogemos dirección hacia Meagas, y justo antes de las casas de Vista-Alegre, un camino a la derecha que por una fuerte, aunque corta ascensión, por una bonita calzada empedrada medieval, nos conducirá hacia la ermita de Santa Bárbara.
Antes, y a nuestra izquierda, el parque del desaparecido palacete de Vista Alegre con árboles procedentes de los cinco continentes y en la parte más alta, un templete o glorieta semicircular de altas columnas que está considerada la primera construcción en hormigón armado de Gipuzkoa.
Seguimos ascendiendo y aunque la ermita queda ligeramente apartada del camino, merece la pena desviarse para admirar las bonitas vistas que desde allí tenemos de Zarautz y su playa.
Retomamos la ruta por el GR121, gran recorrido también conocido como la Vuelta a Gipuzkoa, y por el que transcurre todo nuestro paseo de hoy.
A nuestra derecha ya tenemos la imagen de Getaria y su omnipresente ratón, y unos metros más adelante dejaremos el camino que nos conduciría a la villa que vio nacer a Juan Sebastián Elcano. El istmo de San Antón (o ratón), ha servido de escudo al puerto de esta población frente a los embates del mar y ha hecho de la localidad uno de los puertos pesqueros más importantes del litoral cantábrico durante siglos. Hay ya constancia de que la Menosca de los geógrafos de la antigüedad Ptolomeo y Plinio, se corresponde con el territorio situado entre el monte Hernio, los ríos Urola y Oria y el mar.
Tomamos en el cruce el de la izquierda que sigue ascendiendo rebasando algún antiguo caserío y construcciones más modernas, siempre siguiendo el GR, debidabente marcado, y poco a poco volvemos a descender ligeramente por un pinar hasta llegar al cruce de la carretera que va de Meagas a Getaria (1 h.)
Cruzando la carretera, continuamos atentos a las indicaciones del GR pues varios caminos se van cruzando en nuestro recorrido. En el punto más alto estaremos en el paraje o pequeño monte conocido como Garatemendi o Garate gaina. Restos de trincheras nos trasladan a la Primera y Tercera Guerra Carlista. El lugar estuvo ocupado por los partidarios del pretendiente, que desde esta privilegiada atalaya vigilaban y bombardeaban las posiciones liberales en la villa costera.
La pista va descendiendo hacia el barrio de Askizu, dejando el de San Prudencio a nuestra derecha, hasta alcanzar con nuestra vista la localidad de Zumaia. A la izquierda el macizo de Izarraitz, todavía nevado.
La vista sobre Zumaia desde este punto es otra de las que merecen la pena de esta ruta.
A partir de este punto, comenzamos propiamente el descenso hacia Zumaia. Atravesamos un bosque de eucaliptus, afortunadamente árbol no muy abundante en nuestra zona y llegamos a Askizu, pequeño enclave rural perteneciente a Getaria. Aquí la señalización del GR coincide con la del Camino de Santiago de la costa. Testigo de la vinculación de este pequeño y bonito barrio de diez casas con la ruta jacobea, la iglesia de San Martín de Tours (siglo XIII), principal joya del gótico rural de Gipuzkoa.
Frente a ella, el caserío Benta, antigua venta, vestigio de la importancia del lugar hasta la construcción de la carretera de la costa en 1885-1886, que dejó Askizu alejado de las rutas preferentes del territorio.
Seguimos perdiendo altura, dejando a nuestra derecha los pabellones de la empresa Orrua, en la pequeña bahía del mismo nombre, famosa por su ola, muy frecuentada por los surferos guipuzcoanos.
En pocos minutos más, llegamos a la N-634, junto a la zumaiarra Playa de Santiago.
Dentro del recinto que ocupa el Museo Zuloaga, la ermita de Santiago, adquirida por el pintor eibarrés a principios del siglo XX, y aunque reconstruida por éste, conserva partes de lo que fue hospedería y oratorio para los peregrinos que esperaban el barco que les trasladase a la otra orilla del Urola.
Tras pasar el puerto deportivo, en cuyo restaurante Marina Berri, tomamos un merecido aperitivo, llegamos al puente sobre el río Urola, con los Astilleros Balenciaga a su derecha.
Ría adentro, en el antiguo puerto de Bedua, donde la ría se ensancha, durante siglos se mantuvo una importante actividad pesquera y de construcción de barcos, hasta que la edificación del puente sobre el río que trajo la carretera de la costa, fue haciendo que ésta decayera al no poder ser atravesado por embarcaciones de cierta altura.
GureGipuzkoa.net | Vista de Bedua. © CC BY-SA: Ojanguren, Indalecio
Alcanzamos el centro histórico de la población, donde tenemos otra Casa-Museo, en este caso del escultor hijo de la localidad, Julio Beobide, amigo y coetáneo de Zuloaga.
Descontando paradas y refrigerio, habremos empleado unas 2 horas y media en realizar el trayecto.
En autobús o tren (Euskotren), regresamos al punto de partida, donde habíamos dejado nuestro coche.
Iniciamos nuestro periplo en Zarautz, hasta donde nos acercamos en coche. Como en todas las villas costeras, su ayuntamiento aprovecha la afluencia de coches para recaudar vía OTA y nos costó encontrar un lugar adecuado para dejar nuestro coche.
El recorrido elegido es de baja dificultad y no muy largo y en su primera parte coincide con el que relaté en la entrada Getaria-Zarautz-Orio, aunque el paisaje varía sensiblemente, ya que aquél lo realicé en verano.
Salimos junto a la iglesia de Santa María la Real de Zarautz, iglesia gótica del siglo XV, con diferentes añadidos durante los siglos XVI, XVII y XVIII hasta darle el aspecto que vemos hoy. Las últimas reformas sacaron a la luz varios niveles de ocupación que nos dan muestra de la historia de Zarautz desde el siglo V a.C. hasta nuestros días. Interesante yacimiento arqueológico.
Cogemos dirección hacia Meagas, y justo antes de las casas de Vista-Alegre, un camino a la derecha que por una fuerte, aunque corta ascensión, por una bonita calzada empedrada medieval, nos conducirá hacia la ermita de Santa Bárbara.
Antes, y a nuestra izquierda, el parque del desaparecido palacete de Vista Alegre con árboles procedentes de los cinco continentes y en la parte más alta, un templete o glorieta semicircular de altas columnas que está considerada la primera construcción en hormigón armado de Gipuzkoa.
Seguimos ascendiendo y aunque la ermita queda ligeramente apartada del camino, merece la pena desviarse para admirar las bonitas vistas que desde allí tenemos de Zarautz y su playa.
Retomamos la ruta por el GR121, gran recorrido también conocido como la Vuelta a Gipuzkoa, y por el que transcurre todo nuestro paseo de hoy.
A nuestra derecha ya tenemos la imagen de Getaria y su omnipresente ratón, y unos metros más adelante dejaremos el camino que nos conduciría a la villa que vio nacer a Juan Sebastián Elcano. El istmo de San Antón (o ratón), ha servido de escudo al puerto de esta población frente a los embates del mar y ha hecho de la localidad uno de los puertos pesqueros más importantes del litoral cantábrico durante siglos. Hay ya constancia de que la Menosca de los geógrafos de la antigüedad Ptolomeo y Plinio, se corresponde con el territorio situado entre el monte Hernio, los ríos Urola y Oria y el mar.
Tomamos en el cruce el de la izquierda que sigue ascendiendo rebasando algún antiguo caserío y construcciones más modernas, siempre siguiendo el GR, debidabente marcado, y poco a poco volvemos a descender ligeramente por un pinar hasta llegar al cruce de la carretera que va de Meagas a Getaria (1 h.)
Cruzando la carretera, continuamos atentos a las indicaciones del GR pues varios caminos se van cruzando en nuestro recorrido. En el punto más alto estaremos en el paraje o pequeño monte conocido como Garatemendi o Garate gaina. Restos de trincheras nos trasladan a la Primera y Tercera Guerra Carlista. El lugar estuvo ocupado por los partidarios del pretendiente, que desde esta privilegiada atalaya vigilaban y bombardeaban las posiciones liberales en la villa costera.
La pista va descendiendo hacia el barrio de Askizu, dejando el de San Prudencio a nuestra derecha, hasta alcanzar con nuestra vista la localidad de Zumaia. A la izquierda el macizo de Izarraitz, todavía nevado.
La vista sobre Zumaia desde este punto es otra de las que merecen la pena de esta ruta.
A partir de este punto, comenzamos propiamente el descenso hacia Zumaia. Atravesamos un bosque de eucaliptus, afortunadamente árbol no muy abundante en nuestra zona y llegamos a Askizu, pequeño enclave rural perteneciente a Getaria. Aquí la señalización del GR coincide con la del Camino de Santiago de la costa. Testigo de la vinculación de este pequeño y bonito barrio de diez casas con la ruta jacobea, la iglesia de San Martín de Tours (siglo XIII), principal joya del gótico rural de Gipuzkoa.
Seguimos perdiendo altura, dejando a nuestra derecha los pabellones de la empresa Orrua, en la pequeña bahía del mismo nombre, famosa por su ola, muy frecuentada por los surferos guipuzcoanos.
En pocos minutos más, llegamos a la N-634, junto a la zumaiarra Playa de Santiago.
Dentro del recinto que ocupa el Museo Zuloaga, la ermita de Santiago, adquirida por el pintor eibarrés a principios del siglo XX, y aunque reconstruida por éste, conserva partes de lo que fue hospedería y oratorio para los peregrinos que esperaban el barco que les trasladase a la otra orilla del Urola.
Tras pasar el puerto deportivo, en cuyo restaurante Marina Berri, tomamos un merecido aperitivo, llegamos al puente sobre el río Urola, con los Astilleros Balenciaga a su derecha.
Ría adentro, en el antiguo puerto de Bedua, donde la ría se ensancha, durante siglos se mantuvo una importante actividad pesquera y de construcción de barcos, hasta que la edificación del puente sobre el río que trajo la carretera de la costa, fue haciendo que ésta decayera al no poder ser atravesado por embarcaciones de cierta altura.
GureGipuzkoa.net | Vista de Bedua. © CC BY-SA: Ojanguren, Indalecio
Alcanzamos el centro histórico de la población, donde tenemos otra Casa-Museo, en este caso del escultor hijo de la localidad, Julio Beobide, amigo y coetáneo de Zuloaga.
Descontando paradas y refrigerio, habremos empleado unas 2 horas y media en realizar el trayecto.
En autobús o tren (Euskotren), regresamos al punto de partida, donde habíamos dejado nuestro coche.
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