Viajar en autocaravana era una de las recurrentes opciones no realizadas que año tras año surgían en mi familia a la hora de preparar las vacaciones veraniegas. Por una razón u otra, siempre la descartábamos hasta que este año se dieron las circunstancias para que todo encajase y nos decidiésemos a hacerlo.
De entrada, el primer obstáculo a superar es el de amigos, conocidos y familiares cuando les cuentas tu proyecto: algunos lo apoyan con entusiasmo, pero muchos otros inciden en las incomodidades, posibles problemas y demás. Como somos de ideas fijas, no nos arredramos y comenzamos nuestra pequeña aventura.
La autocaravana te permite volver a ver tus viajes con cierto aire romántico, y a pesar de que las comodidades tanto del entorno por el que viajamos (Europa) como del medio (disponemos, de nevera, cocina, ducha, baño y demás comodidades de la vida moderna) no tengan nada que ver con las de un viaje de aventura, te da la posibilidad de improvisar y cierto aire de vagabundo nómada que le confieren ese carácter diferente.
Por otra parte, el espacio reducido en el que conviviremos durante cerca de 15 días los cinco miembros de nuestra pequeña gran familia, será una oportunidad para afianzar las diferentes relaciones entrelazadas de nuestro pequeño mundo, tan importantes en cualquier sistema de organización social, por reducido que éste sea.
Los días previos nos sirven para hacer un pequeño esbozo del itinerario a seguir, y tras diversas opciones, escogemos la de rodear de alguna forma Suiza y los Alpes, visitando Alsacia, la Selva Negra, Baviera, el Tirol y el norte de Italia, volviendo a entrar en Francia por los Alpes. Queda en el aire acercarnos hasta Eslovenia o Croacia, en función de como se vaya desarrollando el viaje, aunque desde un principio soy escéptico ante la posibilidad de hacerlo.
Los kilómetros no nos asustan, yo estoy habituado a conducir y mi mujer me ayudará en algunos trayectos de autopista. Por otra parte, estamos acostumbrados a devorar kilómetros en los diferentes viajes que hemos realizado por Europa, aunque, eso sí, hasta ahora los hacíamos en coche.
Ya habíamos decidido que el primer día lo dedicaríamos a atravesar Francia, que ya conocemos bastante bien, hasta nuestro primer destino en Alsacia, un pequeño pueblo llamado Thann, que escogemos tras haber visto en internet que dispone de una céntrica área para autocaravanas con todos los servicios. Nos quedan por delante unos 1.100 km, pero nos animamos pensando que es la misma distancia que nos separa de Cádiz, viaje que ya hemos hecho en varias ocasiones de tirón.
La víspera de nuestra partida recogemos el vehículo en Eskiroz, en Caravanas Itsaso, donde lo hemos alquilado, empresa totalmente recomendable tanto por su competitividad como por la amabilidad y atención de sus propietarios.
Hacemos la primera compra para llenar la nevera y el garaje-bodega del vehículo y nos familiarizamos con las dimensiones de la autocaravana; platos preparados, ensaladas, aceite, fruta, tomates, pasta, arroz, bebidas, carne envasada al vacío y agua, mucha agua, que constituirán la base de la dieta de nuestro periplo.
A la mañana siguiente, salimos temprano de Tolosa, al alba, y comenzamos a sumar kilómetros rápidamente. Enseguida nos daremos cuenta de que la autocaravana consume bastante más que nuestro coche y que como ya sabíamos de antemano, las autopistas francesas son tan buenas como caras.
Contamos con la ayuda del navegador del móvil. Entre las muchas opciones del mercado, hemos escogido Waze, por una parte porque es gratuito y por otra no menos importante porque no necesita tener conectados los datos de la red para guiarnos. Eso sí, para bajar la ruta, hay que buscar algún sitio con Wi-Fi para hacerlo. Una vez descargada ya no son necesarios los datos, a no ser que te equivoques, aunque en ocasiones sí que rectifica si no te alejas mucho de la ruta planeada.
Además, un mapa convencional ayuda a tener una visión más amplia del entorno y a situarte mejor. Otro elemento imprescindible que nos facilitan en la empresa de alquiler, es una guía de áreas de estacionamiento preparadas para autocaravanas. Ésta es de Francia, pero incluye las más importantes de los países de su entorno. La experiencia nos enseñará que Francia y sobre todo Alemania están muy preparadas para este tipo de turismo, bastante mejor que Italia o Austria, que son los otros países que atravesaremos.
En una de las múltiples áreas de descanso que las autopistas francesas tienen por toda su red excelentemente preparadas y cuidadas, pararemos a comer.
Una pequeña siesta y nueva panzada de kilómetros y afari-merienda por el camino.
Pasamos Mâcon, bonita ciudad cuna del jugador de la Real Sociedad, Antoine Griezmann. Estamos ya a muchos kilómetros de Euskalherria, pero ese hecho no parece importar a algunos que lo consideran fichable por su club de "sólo vascos".
Ya ha anochecido cuando alcanzamos nuestro primer destino, el aparcamiento para autocaravanas de Thann, en Alsacia. Muy bien indicado, lo encontramos fácilmente y compartiremos el espacio con otras 4 ó 5 autocaravanas que nos han precedido, lo que dada nuestra calidad de novatos y lo avanzado de la hora, nos da bastante tranquilidad.
Dormimos plácidamente. Hay que reconocer que las dos camas grandes son muy cómodas, con somier de láminas y buen colchón y el traerse la propia almohada es una gran idea.
Por la mañana, el paisaje es totalmente diferente. Nos encontramos en un pequeño pueblo alsaciano, muy agradable y lo primero que hago es buscar una boulangerie mientras el personal se va despertando. Compro un pan con muy buena pinta y a desayunar.
Una vez recogido todo y puesto un poco de orden, difícil cometido entre tanta mujer, nos disponemos a visitar Thann. Como todos los pueblos alsacianos, está muy cuidado, las casas remozadas y con muchas flores, geranio hiedra en su mayoría.
La imponente iglesia colegiata, de estilo gótico y con un bonito pórtico adornado por tres tímpanos y esculturas, se encuentra en proceso de restauración y está dedicada a Saint Thiébaut.
Junto al río, un bonito paseo junto a la torre medieval y en marcha, dirección Colmar. Espectacular ciudad. Los adjetivos son pocos ante el despliegue de hermosas casas, calles, plazas y fuentes que embelesan nuestra mirada. Cuando visitas estos lugares, te das cuenta cómo hemos dilapidado en otros lugares nuestro patrimonio, sin haber sabido aunar progreso y conservación del mismo.
Aunque están muy masificados turísticamente hablando, todos estos sitios guardan en sus paredes el vestigio de lo que fueron y han sido a lo largo del tiempo, humildes pero limpias moradas de gentes dedicadas al cultivo de la vid, el trabajo en los bosques o una en tiempos floreciente industria textil. Entre sus tradiciones, la más conocida y expandida, el árbol de Navidad.
Compramos unas grosellas en el mercado de frutas y ya de nuevo en la autocaravana, buscamos en las afueras la réplica de la Estatua de la Libertad, regalo de los franceses a los estadounidenses en el rimer centenario de su independencia (1886). Su creador, el escultor Frédéric Auguste Bartholdi (1834-1904) es natural de la localidad.
Nuestra siguiente parada siguiendo la ruta del vino será Kaysersberg, otro espléndido pueblo alsaciano con sus casas medievales protegidas por una fortaleza. Aprovechamos para comer en la autocaravana, aunque el calor aprieta y ni siquiera bajo el toldo es fácil sentir algo de alivio.
No menos espectacular resulta el siguiente pueblo que visitamos, Riquewihr, aunque el calor aprieta y el cansancio comienza a hacer mella en nuestro ánimo. Pasear por sus calles es retrotraerse unos siglos en el tiempo, aunque para ver un poco de vida propia en el pueblo hay que alejarse de las calles centrales, repletas de turistas como nosotros y de las inevitables tiendas de recuerdos y baratijas, aunque de barato, nada de nada.
Continuamos hacia el castillo de Haut-Koenisgburg, atalaya inigualable sobre todo esta parte de Alsacia. Merece la pena la visita, aunque no entremos en el interior, ya estaba cerrado, sólo por las vistas de las que se disfruta.
Bajando del castillo, nuestra primera experiencia con las fuertes pendientes con la autocaravana, nos damos cuenta que huele a frenos, lo que nos servirá para en el futuro no conducirla como si fuese un coche en las bajadas y hacerlo con mucha más precaución, intentando utilizar los frenos lo menos posible.
Nos vamos acercando a Estrasburgo, nuestro próximo destino. Obras en la autopista de acceso, bastante tráfico y después de intentar aparcar por le centro, desistimos tras varias vueltas infructuosas. Eso sí, podemos apreciar que se trata de una bonita ciudad, que visitaremos más a fondo en otro momento.
Decidimos pasar a Alemania a dormir y escogemos como destino la cercana ciudad de Offenburg, en Baden-Wurtenberg, que según nuestra guía dispone de un aparcamiento para autocaravanas.
Flanquedos por amplias plantaciones en las vegas cercanas al río, continuamos nuestra marcha. Mucho maíz y berza o repollo con el que harán el ríquisimo chucrut (sauerkraut, col agria, en alemán) fermentándolo, digno acompañamiento para las excelencias de los gorrines locales.
Cruzamos el Rhin que hace de frontera política entre los dos estados y ya con la noche encima llegamos al aparcamiento, muy bien indicado desde la salida de la autopista, lo que será tónica general en todos los de Alemania. No vemos mucho, aunque parece que estamos en un buen sitio. Hay más autocaravanas a nuestro lado y después de una buena cena, a descansar del largo día.
Mañana entraremos en la Selva Negra por el norte.
Como en los cuentos, continuará...
Como no continué, para los interesados dejo el resto del recorrido, aunque recomiendo utilizar para hacerlo algún día más.
DÍA 3: Offenburg- Baden-Baden – Forbach – Selva Negra – Titisee
De entrada, el primer obstáculo a superar es el de amigos, conocidos y familiares cuando les cuentas tu proyecto: algunos lo apoyan con entusiasmo, pero muchos otros inciden en las incomodidades, posibles problemas y demás. Como somos de ideas fijas, no nos arredramos y comenzamos nuestra pequeña aventura.
La autocaravana te permite volver a ver tus viajes con cierto aire romántico, y a pesar de que las comodidades tanto del entorno por el que viajamos (Europa) como del medio (disponemos, de nevera, cocina, ducha, baño y demás comodidades de la vida moderna) no tengan nada que ver con las de un viaje de aventura, te da la posibilidad de improvisar y cierto aire de vagabundo nómada que le confieren ese carácter diferente.
Por otra parte, el espacio reducido en el que conviviremos durante cerca de 15 días los cinco miembros de nuestra pequeña gran familia, será una oportunidad para afianzar las diferentes relaciones entrelazadas de nuestro pequeño mundo, tan importantes en cualquier sistema de organización social, por reducido que éste sea.
Los días previos nos sirven para hacer un pequeño esbozo del itinerario a seguir, y tras diversas opciones, escogemos la de rodear de alguna forma Suiza y los Alpes, visitando Alsacia, la Selva Negra, Baviera, el Tirol y el norte de Italia, volviendo a entrar en Francia por los Alpes. Queda en el aire acercarnos hasta Eslovenia o Croacia, en función de como se vaya desarrollando el viaje, aunque desde un principio soy escéptico ante la posibilidad de hacerlo.
Los kilómetros no nos asustan, yo estoy habituado a conducir y mi mujer me ayudará en algunos trayectos de autopista. Por otra parte, estamos acostumbrados a devorar kilómetros en los diferentes viajes que hemos realizado por Europa, aunque, eso sí, hasta ahora los hacíamos en coche.
Ya habíamos decidido que el primer día lo dedicaríamos a atravesar Francia, que ya conocemos bastante bien, hasta nuestro primer destino en Alsacia, un pequeño pueblo llamado Thann, que escogemos tras haber visto en internet que dispone de una céntrica área para autocaravanas con todos los servicios. Nos quedan por delante unos 1.100 km, pero nos animamos pensando que es la misma distancia que nos separa de Cádiz, viaje que ya hemos hecho en varias ocasiones de tirón.
La víspera de nuestra partida recogemos el vehículo en Eskiroz, en Caravanas Itsaso, donde lo hemos alquilado, empresa totalmente recomendable tanto por su competitividad como por la amabilidad y atención de sus propietarios.
Hacemos la primera compra para llenar la nevera y el garaje-bodega del vehículo y nos familiarizamos con las dimensiones de la autocaravana; platos preparados, ensaladas, aceite, fruta, tomates, pasta, arroz, bebidas, carne envasada al vacío y agua, mucha agua, que constituirán la base de la dieta de nuestro periplo.
A la mañana siguiente, salimos temprano de Tolosa, al alba, y comenzamos a sumar kilómetros rápidamente. Enseguida nos daremos cuenta de que la autocaravana consume bastante más que nuestro coche y que como ya sabíamos de antemano, las autopistas francesas son tan buenas como caras.
Contamos con la ayuda del navegador del móvil. Entre las muchas opciones del mercado, hemos escogido Waze, por una parte porque es gratuito y por otra no menos importante porque no necesita tener conectados los datos de la red para guiarnos. Eso sí, para bajar la ruta, hay que buscar algún sitio con Wi-Fi para hacerlo. Una vez descargada ya no son necesarios los datos, a no ser que te equivoques, aunque en ocasiones sí que rectifica si no te alejas mucho de la ruta planeada.
Además, un mapa convencional ayuda a tener una visión más amplia del entorno y a situarte mejor. Otro elemento imprescindible que nos facilitan en la empresa de alquiler, es una guía de áreas de estacionamiento preparadas para autocaravanas. Ésta es de Francia, pero incluye las más importantes de los países de su entorno. La experiencia nos enseñará que Francia y sobre todo Alemania están muy preparadas para este tipo de turismo, bastante mejor que Italia o Austria, que son los otros países que atravesaremos.
En una de las múltiples áreas de descanso que las autopistas francesas tienen por toda su red excelentemente preparadas y cuidadas, pararemos a comer.
Una pequeña siesta y nueva panzada de kilómetros y afari-merienda por el camino.
Pasamos Mâcon, bonita ciudad cuna del jugador de la Real Sociedad, Antoine Griezmann. Estamos ya a muchos kilómetros de Euskalherria, pero ese hecho no parece importar a algunos que lo consideran fichable por su club de "sólo vascos".
Ya ha anochecido cuando alcanzamos nuestro primer destino, el aparcamiento para autocaravanas de Thann, en Alsacia. Muy bien indicado, lo encontramos fácilmente y compartiremos el espacio con otras 4 ó 5 autocaravanas que nos han precedido, lo que dada nuestra calidad de novatos y lo avanzado de la hora, nos da bastante tranquilidad.
Dormimos plácidamente. Hay que reconocer que las dos camas grandes son muy cómodas, con somier de láminas y buen colchón y el traerse la propia almohada es una gran idea.
Por la mañana, el paisaje es totalmente diferente. Nos encontramos en un pequeño pueblo alsaciano, muy agradable y lo primero que hago es buscar una boulangerie mientras el personal se va despertando. Compro un pan con muy buena pinta y a desayunar.
Una vez recogido todo y puesto un poco de orden, difícil cometido entre tanta mujer, nos disponemos a visitar Thann. Como todos los pueblos alsacianos, está muy cuidado, las casas remozadas y con muchas flores, geranio hiedra en su mayoría.
La imponente iglesia colegiata, de estilo gótico y con un bonito pórtico adornado por tres tímpanos y esculturas, se encuentra en proceso de restauración y está dedicada a Saint Thiébaut.
Junto al río, un bonito paseo junto a la torre medieval y en marcha, dirección Colmar. Espectacular ciudad. Los adjetivos son pocos ante el despliegue de hermosas casas, calles, plazas y fuentes que embelesan nuestra mirada. Cuando visitas estos lugares, te das cuenta cómo hemos dilapidado en otros lugares nuestro patrimonio, sin haber sabido aunar progreso y conservación del mismo.
Aunque están muy masificados turísticamente hablando, todos estos sitios guardan en sus paredes el vestigio de lo que fueron y han sido a lo largo del tiempo, humildes pero limpias moradas de gentes dedicadas al cultivo de la vid, el trabajo en los bosques o una en tiempos floreciente industria textil. Entre sus tradiciones, la más conocida y expandida, el árbol de Navidad.
Compramos unas grosellas en el mercado de frutas y ya de nuevo en la autocaravana, buscamos en las afueras la réplica de la Estatua de la Libertad, regalo de los franceses a los estadounidenses en el rimer centenario de su independencia (1886). Su creador, el escultor Frédéric Auguste Bartholdi (1834-1904) es natural de la localidad.
No menos espectacular resulta el siguiente pueblo que visitamos, Riquewihr, aunque el calor aprieta y el cansancio comienza a hacer mella en nuestro ánimo. Pasear por sus calles es retrotraerse unos siglos en el tiempo, aunque para ver un poco de vida propia en el pueblo hay que alejarse de las calles centrales, repletas de turistas como nosotros y de las inevitables tiendas de recuerdos y baratijas, aunque de barato, nada de nada.
Continuamos hacia el castillo de Haut-Koenisgburg, atalaya inigualable sobre todo esta parte de Alsacia. Merece la pena la visita, aunque no entremos en el interior, ya estaba cerrado, sólo por las vistas de las que se disfruta.
Fuente: Sckenkguide.com |
Nos vamos acercando a Estrasburgo, nuestro próximo destino. Obras en la autopista de acceso, bastante tráfico y después de intentar aparcar por le centro, desistimos tras varias vueltas infructuosas. Eso sí, podemos apreciar que se trata de una bonita ciudad, que visitaremos más a fondo en otro momento.
Decidimos pasar a Alemania a dormir y escogemos como destino la cercana ciudad de Offenburg, en Baden-Wurtenberg, que según nuestra guía dispone de un aparcamiento para autocaravanas.
Flanquedos por amplias plantaciones en las vegas cercanas al río, continuamos nuestra marcha. Mucho maíz y berza o repollo con el que harán el ríquisimo chucrut (sauerkraut, col agria, en alemán) fermentándolo, digno acompañamiento para las excelencias de los gorrines locales.
Cruzamos el Rhin que hace de frontera política entre los dos estados y ya con la noche encima llegamos al aparcamiento, muy bien indicado desde la salida de la autopista, lo que será tónica general en todos los de Alemania. No vemos mucho, aunque parece que estamos en un buen sitio. Hay más autocaravanas a nuestro lado y después de una buena cena, a descansar del largo día.
Mañana entraremos en la Selva Negra por el norte.
Como en los cuentos, continuará...
Como no continué, para los interesados dejo el resto del recorrido, aunque recomiendo utilizar para hacerlo algún día más.
DÍA 3: Offenburg- Baden-Baden – Forbach – Selva Negra – Titisee
DÍA 4: Titisee – Überlingen – Lago Konstanz – Scholsssee (Salem) (lago
para bañarse) – Meersburg – Füssen (parking autocaravanas privado pero no caro)
DÍA 5: Füssen – Neuschwanstein (castillos
del rey loco – pista de Bobsleigh en hierba) – Wieskirche (iglesia rococó) –
Oberammergan (pueblo típico bávaro) – Munich (parking autocaravanas Bayern
Arena con metro)
DÍA 6: Munich
(Marienplatz-Engliches Garden) Por la tarde nos acercamos con la autocaravana a
Garmisch-Patterkirchen (saltos de esquí) y volvemos a Munich para cenar en la
cervecería HB
DÍA 7: Munich – Wasserburg – Seebruck – Rattemberg – Igls (Austria)
(No hay parking de autocaravanas, dormimos en un parking normal, pero muy
seguro, había más autocaravanas)
DÍA 8: Igls – Innsbruck –
Venecia (Camping Fusina) Junto a la salida del vaporetto.
DÍA 9: Visitar Venecia. A la vuelta, salir hacia Verona. Dormir en
Verona (Hay parkings donde pueden aparcar autocaravanas gratis junto a un
parking de pago, más seguro)
DÍA 10: Verona (visita a la ciudad) – Lago di Garda – Bergamo (No hay
parking para autocaravanas, dormimos en el parking del Estadio de fútbol
(bastante seguro, buena zona)
DÍA 11: Bergamo (visita a la ciudad alta, se sube en funicular) –
Milán (mejor no entrar con la autocaravana) – Novara – Túnel del Mont Blanc –
Chamonix (buen parking para autocaravanas)
DÍA 12. Chamonix (teléferico Mont Blanc ,caro pero muy recomendable) –
Donzenac (parking autocarvanas, nos costó encontrarlo de noche)
DÍA 13.
Viaje de vuelta de tirón visitando Sarlat de Canet.
Hola Emilio, el fin de semana largo que fuimos a visitar El Perigord (Sarlat, Perigueux...)también lo hicimos en una autocaravana prestada por unos conocidos. Es una opción muy interesante para hacer turismo y siempre que lo comentamos no descartamos comprarnos una. ¿Cuándo?. Nuestras hijas de 24 y 21 años nos animan continuamente (supongo que para aprovecharla también). Solo conozco algo de Francia y te das cuenta que nos llevan años luz en cuanto a infraestructuras. Supongo que Suiza idem de idem.Tienes una sensación de libertad, de parar donde quieras, descansar, tomarte un café, etc. Muy buena opción para unas vacaciones
ResponderEliminarUn saludo,
Hola Emilio
ResponderEliminarNosotros queremos hacer un viajecito como este que tu describes. Nos ha gustado muchísimo tu organización y nos sirve de mucha ayuda pero.... Y la parte(II)? Es que el problema es que nos vamos a quedar atascados al principio de la selva negra.
Si ya tienes esta parte II en algún sitio me lo dices por favor, porque queremos ir la 2a quincena de septiembre.
Saludos
Esther
¡Hola, Esther! Gracias por tu comentario. No tuve tiempo para reseñar el resto del viaje, aunque tenía inteción de hacerlo. En algún momento lo retomaré. De todas formas, tengo las notas y el esquema de todo el viaje. Mándame un correo a elatorrezubiri@gmail.com y te paso el itinerario.
ResponderEliminarExisten muchas formas de viajar y estas es una de ellas. Igualmente, ten cuidado con el destino. Los requisitos burocráticos y legales pueden limitar tus viajes en caravana. Para poder alcanzar cualquier destino, primero infórmate con agencias de viajes especializadas en dicho destino.
ResponderEliminarUn viaje en autocaravana alrededor de los Alpes es una aventura incomparable. Los majestuosos paisajes montañosos, lagos cristalinos y pueblos pintorescos crean una experiencia inolvidable en plena naturaleza europea.
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