Aunque es de todos conocido en Tolosa y hasta cierto punto por el resto de los guipuzcoanos, fuera de nuestro territorio es un hecho bastante desconocido que históricamente Tolosa fuese la capital de Gipuzkoa, hasta que en 1854 definitivamente y por motivos políticos ésta se trasladase a San Sebastián.
Cuando se dice que Tolosa sólo lo fue por un periodo de diez años, entre 1844 y 1854, tampoco es totalmente cierto, pues hubo muchos más momentos de nuestra historia en los que Tolosa fue de facto la capital del territorio.
Hagamos un poco de historia del tema, siguiendo al siempre citado para cuestiones guipuzcoanas, Pablo Gorosábel, quien en su obra "Diccionario histórico-geográfico-descriptivo de los pueblos, valles, partidos, alcaldías y uniones de Guipúzcoa, con un apéndice de las Cartas pueblas y otros documentos importantes", impresa en la Imprenta de Pedro Gurruchaga en Tolosa en 1862, nos dice lo siguiente:
Por tanto, ya en tiempo de los Reyes Católicos fue residencia permanente del corregidor, lo que de facto suponía ser la villa principal o capital, en términos actuales.
Es en el siglo XIX, al establecerse las diferentes divisiones territoriales en el Estado, cuando el conflicto por la capitalidad se recrudece.
Entre 1800 y 1802, Tolosa fue sede de la Diputación y corregimiento de la provincia, según acuerdo de las Juntas Generales celebradas en Villafranca (Ordizia) en 1799, lo que de hecho suponía la capitalidad.
Hasta entonces, se turnaban en periodos de tres o seis meses hasta 1679, de un año entre 1679 y 1746 y de tres desde ese año, entre Tolosa, Donostia-San Sebastián, Azkoitia y Azpeitia. En 1802 ante la protesta de estas otras villas, se vuelve al sistema de tandas.
Durante los dos primeros años del Trienio Liberal (1820-1823) Tolosa vuelve a ser sede de la Diputación mientras se aprueba la nueva división territorial. Al aprobarse ésta en 1822 se designa a San Sebastián como capital, que lo sería por un año, volviéndose al sistema de tandas tras el fin de este periodo y la restauración de la foralidad.
Pero en 1834, con el inicio de la Primera Guerra Carlista tras la muerte de Fernando VII, la Reina Regente Maria Cristina otorga la capitalidad a San Sebastián, orden que es desoída por las Juntas Generales, que decretan la residencia perpetua del corregidor y Diputación en Tolosa. Aunque la reina y las instituciones liberales consideran oficialmente a Donostia como capital, la voluntad de la provincia mantiene la Diputación en nuestra villa.
Concluida la guerra carlista, las Juntas Generales a instancia de la mayoría de los pueblos de la provincia, vuelven a reclamar la capitalidad para Tolosa, que es declarada capital de Gipuzkoa por real decreto de 19 de enero de 1844. Entonces Tolosa cuenta con una población de 6.000 habitantes frente a los 10.000 de San Sebastián.
Con la llegada al poder del Estado de los liberales progresistas en 1854, San Sebastián conseguirá definitivamente la capitalidad, situación que se ha prorrogado hasta nuestros días, aunque como hemos visto, en contra de la opinión mayoritaria de las Juntas Generales de la provincia y por imposición del gobierno central (de Madrid, como diríamos ahora)
Vaya por delante que los más de 150 años transcurridos han calmado las legítimas aspiraciones tolosarras y que ya nadie dudamos de que la capital guipuzcoana sea Donostia-San Sebastián, aunque siempre nos quedará a los tolosarras ese pequeño resquemor.
Cuando se dice que Tolosa sólo lo fue por un periodo de diez años, entre 1844 y 1854, tampoco es totalmente cierto, pues hubo muchos más momentos de nuestra historia en los que Tolosa fue de facto la capital del territorio.
Hagamos un poco de historia del tema, siguiendo al siempre citado para cuestiones guipuzcoanas, Pablo Gorosábel, quien en su obra "Diccionario histórico-geográfico-descriptivo de los pueblos, valles, partidos, alcaldías y uniones de Guipúzcoa, con un apéndice de las Cartas pueblas y otros documentos importantes", impresa en la Imprenta de Pedro Gurruchaga en Tolosa en 1862, nos dice lo siguiente:
"Esta circunstancia debió influir igualmente en el ánimo de
los reyes católicos, para que mandasen que el corregidor residiese
continuamente en Tolosa, salvo cuando saliese a visitar las otras villas y
lugares de la provincia. (...)Desde el origen de la hermandad Guipuzcoana la
villa de Tolosa fue una de las cuatro, donde el corregidor de la provincia, a
una con la diputación de la misma, tenía su residencia alternativa. Ya queda
indicado que los reyes católicos mandaron que dicho funcionario residiese
continuamente en esta villa, salvo cuando saliese a visitar las demás de la
provincia; pero esta disposición fue revocada a instancia de algunas otras, en
virtud de una real provisión del consejo librada en Toro a 8 de enero de 1505.
Mandóse, sin embargo, por ella que el corregidor residiese en Tolosa el mayor
tiempo que buenamente pudiese hacerlo; cuya determinación se sobrecarteó en
Segovia en 18 de mayo del mismo año. Las juntas generales celebradas en
Villafranca el año de 1799, habiendo declarado la conveniencia de que el
corregimiento y diputación de la provincia se fijasen en un pueblo, eligieron
por tal a la villa de Tolosa; cuyo acuerdo fue aprobado por el rey, librando
para su ejecución la competente real cédula en Aranjuez a 25 de mayo de 1800.
En su cumplimiento se establecieron en esta dicha villa las dos expresadas
autoridades provinciales con todas sus dependencias. Así las cosas, a la
instancia de algunos otros pueblos, que se creían perjudicados con esta medida,
se restableció el sistema de tandas por una real provisión; y el corregidor y diputación
se trasladaron en 1802 a la villa de Azpeitia. Las juntas generales de 1834 decretaron también
la residencia perpetua del corregidor y diputación en esta villa, cuya
aprobación suplicaron a la reina; pero quedó suspendida por las circunstancias
de la guerra civil. Concluida ésta, diferentes pueblos renovaron este asunto; y
por real decreto de 19 de enero de 1844 Tolosa fue declarada capital de
Guipúzcoa. A su virtud se establecieron en esta villa las autoridades política
y administrativa de la misma provincia; conservándose en ella hasta que a
consecuencia de la revolución del año de 1854, se trasladó la capitalidad a San
Sebastián. Esto no obstante, la diputación foral y consejo provincial subsisten
en esta villa de Tolosa; y en la misma existe desde tiempos antiguos
permanentemente el archivo general de la provincia"
Por tanto, ya en tiempo de los Reyes Católicos fue residencia permanente del corregidor, lo que de facto suponía ser la villa principal o capital, en términos actuales.
Es en el siglo XIX, al establecerse las diferentes divisiones territoriales en el Estado, cuando el conflicto por la capitalidad se recrudece.
Entre 1800 y 1802, Tolosa fue sede de la Diputación y corregimiento de la provincia, según acuerdo de las Juntas Generales celebradas en Villafranca (Ordizia) en 1799, lo que de hecho suponía la capitalidad.
Hasta entonces, se turnaban en periodos de tres o seis meses hasta 1679, de un año entre 1679 y 1746 y de tres desde ese año, entre Tolosa, Donostia-San Sebastián, Azkoitia y Azpeitia. En 1802 ante la protesta de estas otras villas, se vuelve al sistema de tandas.
Durante los dos primeros años del Trienio Liberal (1820-1823) Tolosa vuelve a ser sede de la Diputación mientras se aprueba la nueva división territorial. Al aprobarse ésta en 1822 se designa a San Sebastián como capital, que lo sería por un año, volviéndose al sistema de tandas tras el fin de este periodo y la restauración de la foralidad.
Pero en 1834, con el inicio de la Primera Guerra Carlista tras la muerte de Fernando VII, la Reina Regente Maria Cristina otorga la capitalidad a San Sebastián, orden que es desoída por las Juntas Generales, que decretan la residencia perpetua del corregidor y Diputación en Tolosa. Aunque la reina y las instituciones liberales consideran oficialmente a Donostia como capital, la voluntad de la provincia mantiene la Diputación en nuestra villa.
Concluida la guerra carlista, las Juntas Generales a instancia de la mayoría de los pueblos de la provincia, vuelven a reclamar la capitalidad para Tolosa, que es declarada capital de Gipuzkoa por real decreto de 19 de enero de 1844. Entonces Tolosa cuenta con una población de 6.000 habitantes frente a los 10.000 de San Sebastián.
Con la llegada al poder del Estado de los liberales progresistas en 1854, San Sebastián conseguirá definitivamente la capitalidad, situación que se ha prorrogado hasta nuestros días, aunque como hemos visto, en contra de la opinión mayoritaria de las Juntas Generales de la provincia y por imposición del gobierno central (de Madrid, como diríamos ahora)
Vaya por delante que los más de 150 años transcurridos han calmado las legítimas aspiraciones tolosarras y que ya nadie dudamos de que la capital guipuzcoana sea Donostia-San Sebastián, aunque siempre nos quedará a los tolosarras ese pequeño resquemor.
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