ESPERANDO EL GOLPE

Esto de los hongos es un misterio. Ha estado toda la semana lloviendo, estamos en luna creciente, y el esperado golpe de hongos no llega. Parece ser que hay que esperar una semana más, aunque estos últimos días de viento sur no ayudan.
Nuevamente, y al punto de la mañana, volvimos al mismo escenario de la semana pasada en busca de los preciados frutos del bosque.



Alguien más había madrugado y bebía tranquilamente haciendo caso omiso a nuestra presencia

No teníamos muchas esperanzas, ya que todos nuestros diferentes informadores nos decían que entre semana no habían cogido nada. En el mercado de Ordizia de los miércoles sólo habían salido a la venta 4 kg. cogidos en el entorno. El día iba clareando conforme nos adentrábamos en el bosque.

Sin encontrar prácticamente nada por el camino, después de andar más de una hora, llegábamos a la ladera de destino. Fuerte rampa y a subir, que desde abajo se ven mejor.



Ya se veían algunos ejemplares, aunque bastante hongo malo como el de la foto. Un ejemplar de Onddo arrea (Xerocomus badius) ; no es mortal, pero sí tóxico, aunque hay quien dice que cocinándolo mucho puede comerse. Yo, por si acaso, los dejo para otros con menos remilgos.

Otro ejemplar de la misma especie que se queda donde estaba. Pero bueno, donde hay malo suele haber también bueno.

A ésta ni de lejos. El terror de los bosques y bastante común en los nuestros. La temida Hiltzaile berdea (Amanita Phalloides) o Cicuta verde en castellano. Todos los años hay alguna intoxicación por esta seta. se distingue bien por la vulva y el anillo, pero aún así la gente la confunde con la Gibelurdina (Russula Virescens) aunque esto sólo es posible si no la coges entera, crasísimo error.

Otra setilla diferente sin identificar y los hongos de momento sin aparacer.

Por fín, dos bonitos ejemplares de Onddozuri (Boletus edulis), aunque tengo que reconocer que son los únicos que encontramos en toda la mañana. Ya vendrán días mejores.

Mucha Gamuza (Hydnum Repandum). Es comestible, pero nosotros no la cogemos, aunque algunos a falta de hongos llenaron la cesta con ellas.

Cogimos otra vez unas cuantas Urretxa (Russula Cyanoxantha). Mucha gente las llama también Gibelurdina, aunque es otra especie de Russula. Muy buena, aunque un pelín más sosa que la Gibelurdina (Russula Virescens) Afortunadamente recogimos unas cuantas.

Nos dimos la vuelta. Cada vez nos acercábamos más a los puestos de caza y los tiros se iban oyendo encima, y temíamos que a algún cazador aburrido o despitado se le escapase algún perdigonazo.
Llegamos al monolito en recuerdo del "Haritz Handia", erigido en 1988 en recuerdo del centenario de la pérdida del Gran Roble que había en ese lugar hasta 1888, muy venerado por los leitzarras. En su lugar, crece un nuevo ejemplar plantado entonces y que poco a poco ya va creciendo

Transcribo la inscripción que reza en el monumento traducida al castellano:

En marzo de mil ochocientos ochenta y ocho, aquella nevada te tumbó, en el regazo de la madre tierra, erigimos este recuerdo, al cumplirse cien años, plantamos un nuevo roble, junto a las raíces del viejo, los leitzarras siempre guardaremos en el recuerdo del "Aritz Aundia". 27-3-88

Hoy no hay receta. Esta vez me comí las Gibelurdinak mezcladas con los hongos y unas pocas zizahori (Cantharellus cibarius, no os había dado el nombre biológico de ésta) en un típico revuelto.

La semana que viene tiene que ser la buena. espero llenar la cesta. Ya os contaré.