Esta Semana Santa he pasado en compañía de mi familia un par de días en Madrid. Me gusta ir 2 ó 3 veces al año, y aunque últimamente voy más a Barcelona, me quedo con Madrid sin dudarlo, a pesar de lo que es ahora más habitual entre la juventud vasca. Será porque ya no soy joven. Como todo en esta vida, es discutible y de hecho suele ser un tema habitual de discusión.
Aprovechando que todo Madrid estaba fuera, hicimos un poco como el resto de los que estábamos esos días en Madrid: cámara en mano y de turistas.
Hacía años que no visitaba el Prado y visto que no había las aglomeraciones de otras veces, pasamos allí gran parte de la mañana. Por cierto, no había visto la polémica ampliación de Moneo y la verdad es que me gustó. Hay que entrar con las ideas claras de lo que quieres ver, porque si no, aparte de que no acabas, te emborrachas. Goya, Velázquez, Murillo, el Greco, algunas obras de Tiziano y de los flamencos y "El Jardín de las delicias" del Bosco. Por cierto, las obras de Murillo parece que están en el pasillo.
Junto al Prado, el Jardín Botánico, trasladado a su actual emplazamiento por Carlos III, una maravilla en primavera, con sus rejas de hierro forjado made in Tolosa, fabricadas en una de las ferrerías de nuestra villa. Y, enfrente, algo más reciente, merece la pena ver el jardín vertical de la fundación La Caixa
De los múltiples museos de Madrid, y entre mis preferidos, el Thyssen, el Reina Sofía y el Lázaro Galdiano los he visitado más recientemente. También tengo buenos recuerdos del Sorolla y de un pequeño pero no menos interesante museo, el Romántico, que creo que actualmente está cerrado, espero que provisionalmente, pues me encantaba (entre muchas otras cosas guarda la pistola con la que se suicidó Larra).
Aunque Madrid no sólo son museos. Lo que hace diferente a Madrid de otras ciudades grandes, es que todavía guarda cierto aire pueblerino, aunque parezca una contradicción. Interesante el barrio denominado de las Letras, con las casas donde vivieron Cervantes o Lope de Vega, el Ateneo y su preciosa biblioteca, ... o el Madrid de los Austrias en torno a la Plaza Mayor y la Puerta del Sol.Siempre he mantenido que Madrid es como un conjunto de pequeños pueblos, cada uno con su carácter propio, aunque al mismo tiempo imbuidos de un espíritu común, con sus bares de camareros de camisa blanca y pantalón negro, barras de inoxidable que antes fueron de mármol blanco, y grandes dispensadores de incomparables cañas. No hay mejor cerveza en el mundo que una caña en una terraza de cualquier bar de Madrid en verano, y sin querer hacer propaganda, si es Mahou, mejor. En pocos sistios de la península se echan mejor las cañas (para mí el secreto está en el punto de gas), y desde luego no en nuestro entorno.
Cuando hablé en este mismo blog de Londres, decía que era la ciudad del pop (de los 60, 70 y 80).
Pues bien, Madrid siempre será la ciudad del pop-rock español de los 80, y de un movimiento cultural o más que eso un "estado de la gente y las cosas", una forma de pasearnos por el entorno que nos tocó vivir, que se ha denominado la Movida. Es impresionante la cantidad de grupos de música, actividades culturales de todo tipo, fiestas, ... que surgieron en aquellos años. Se ha hablado y escrito mucho de las causas que propiciaron aquella ebullición y no voy a ser yo quien me extienda en ello, pero no está de más recordar aquel alcalde con perfil tan poco político y tan intelectual que fue D. Enrique Tierno Galván, que no sólo no las censuró o evitó, sino que las promovió y apoyó abiertamente. Se estaba a gusto en Madrid. Aunque todo ello se ha perdido, quedan los lugares y guiños donde evocarlos: Malasaña, con su Plaza del Dos de Mayo, "La vía Láctea", el "Pentagrama", el "Suzie Q", el "Dos de mayo", los cafés "Ruiz" o "Comercial" Y tantos otros sitios, algunos ya desaparecidos, como la discoteca "El Sol", junto a la calle Montera, las salas de conciertos "Rock-ola" (con el "Marquee" debajo) y "Carolina" (cerca de San Bernardo), las revistas Madrid me mata y La luna de Madrid. Las fiestas de San Isidro, con sus verbenas, las del PCE en la Casa de Campo, las de la Primavera en la Autónoma, mi Universidad, los conciertos en el campo de fútbol del Moscardó, en los Palacios de los Deportes, el Municipal (en Felipe II) o el del Real Madrid(en la Castellana) o en las Plazas de Toros de las Ventas y Vista Alegre, conciertos de Jazz en el "San Juan Evangelista" o incluso de música clásica en "el Real". Entre los muchos grupos de entonces, recuerdo haber asistido a conciertos de los más heavys como Asfalto, Cucharada o Burning, más poperos como Nacha Pop, mis preferidos, o de los más edulcorados (me gustan más ahora que entonces) como Los Secretos.
Éxitos como La chica de ayer de Nacha Pop, incluso han sido versionados en inglés, como la magnífica versión de los americanos Gigolo Aunts de la que podemos disfrutar en el siguiente vídeo.
Volviendo al Madrid gastronómico no dejo de aprovechar mis visitas para frecuentar algunos de mis bares favoritos, que afortunadamente se mantienen a pesar del paso de los años. Por citar alguno de mi barrio, Chamberí, y parafraseando el anuncio de Carlsberg, el que tiene "posiblemente las mejores patatas bravas del mundo", "La Ardosa", aunque en mis dos últimas visitas no he tenido suerte (parece que hacen vacaciones los mismos días que yo). No obstante no desmerecen, aunque diferentes, las del cercano "La Esmeralda" en la misma glorieta de Iglesia, un bar de los de antes, de los que van quedando pocos. Una muestra del producto. Y despúes del aperitivo, un buen cocido madrileño con todos sus sacramentos. Mis preferidos en "La Gran Tasca" y "Casa Carola", aunque siempre recordaré los que hace años degusté en un pub de La Castellana cerca del Bernabéu(creo que se llamaba Lancaster), sobre todo por la compañía, de la que desgraciadamente ya no puedo disfrutar.
Volviendo al Madrid gastronómico no dejo de aprovechar mis visitas para frecuentar algunos de mis bares favoritos, que afortunadamente se mantienen a pesar del paso de los años. Por citar alguno de mi barrio, Chamberí, y parafraseando el anuncio de Carlsberg, el que tiene "posiblemente las mejores patatas bravas del mundo", "La Ardosa", aunque en mis dos últimas visitas no he tenido suerte (parece que hacen vacaciones los mismos días que yo). No obstante no desmerecen, aunque diferentes, las del cercano "La Esmeralda" en la misma glorieta de Iglesia, un bar de los de antes, de los que van quedando pocos. Una muestra del producto. Y despúes del aperitivo, un buen cocido madrileño con todos sus sacramentos. Mis preferidos en "La Gran Tasca" y "Casa Carola", aunque siempre recordaré los que hace años degusté en un pub de La Castellana cerca del Bernabéu(creo que se llamaba Lancaster), sobre todo por la compañía, de la que desgraciadamente ya no puedo disfrutar.
No voy a extenderme más y prometo ("horreur") un Madrid 2 en el futuro.
No es que ya no seas joven, es que creo que te estás haciendo viejo... esto rezuma nostalgia por todos los lados. Lo de las verjas del botánico me recuerda a la jota... "bien se ve que es de Tafalla" ¡¿Y si no de dónde?! De acuerdo con que cañas como en Madrid en pocos sitios... pero recientemente he estado en Bélgica y ¡qué cerveza! ¿Y las de Praga? Pero desde luego la próxima vez que visite Madrid te llamo antes. Un abrazo
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