Esta semana hemos celebrado en Tolosa las fiestas de San Juan, que en los últimos años han adquirido un carácter mucho más popular y participativo del que tenían las que conocimos en nuestros años de juventud, sin perder el contenido solemne y ceremonial que la tradición ha traído hasta nuestros días. Los actos principales se centran en la tarde de la víspera y durante el día de San Juan. No han variado mucho de los que recogía Pablo Gorosábel en su obra "Bosquejo de las antigüedades, gobierno, administración y otras cosas notables de la villa de Tolosa" (1853), tomando como referencia las actas municipales de 23 y 31 de mayo de 1622:
"En el día las fiestas de San Juan empiezan desde el día anterior por la tarde, en la que el Ayuntamiento va a vísperas a Santa María, y concluidas éstas a la ermita de San Juan de Arramele a completas, acompañado del clero del cabildo eclesiástico. El día del mismo Santo por la mañana el Ayuntamiento va a la solemne misa mayor, que suele cantarse en dicha parroquia, a la que precede procesión por las calles con alarde de jóvenes armados que hacen descargas en los extremos del pueblo y junto a la iglesia al pasar la expresada procesión.A la tarde concurre así bien la corporación municipal a vísperas a la parroquia y a completas a la capilla de San Juan con acompañamiento de tamboriles y la música marcial de aficionados, y enseguida suele haber en la plaza novillada y baile del país, concluido el cual se va al prado de Iguerondo. A las noches suele haber bailes de sarao, danzas de tamboril en la plaza, fogatas y otras cosas análogas. Los días inmediatos se destinan principalmente a corridas de toros (...) fuegos artificiales (...). "
Continúa Gorosábel su relato con la manifestación más peculiar de los sanjuanes tolosarras, el baile de la Bordon dantza, que remonta sus orígenes a la conmemoración de la victoria sobre los navarros en la batalla de Beotíbar en 1321. Algunos autores ligan alarde y bordon-dantza como una sóla manifestación y con un origen común.
Por otra parte y atendiendo a su relato, llama la atención que este año se hayan suprimido las tradicionales corridas de toros, con declaraciones incluidas del concejal de fiestas, sobre la no idoneidad de que el ayuntamiento sufragase espectáculos sangrientos.
De todas formas, hoy quería referirme al Alarde y a la participación de la mujer en la fiesta como escopetera.La palabra castellana "alarde" proviene del árabe y significa "revista de armas". El origen de los alardes guipuzcoanos se remonta a la obligación que tenían los alcaldes de revisar periódicamente las armas de los vecinos para garantizar la defensa del territorio, en el ámbito de la foralidad vasca, hasta que con la abolición de los fueros tras la finalización de la Segunda Guerra Carlista (hoy Tercera para la historiografía oficial) en 1876, se estableciese el servicio militar obligatorio. Tiene lógica pensar que esta revisión coincidiese con días de fiesta. En el citado libro, Gorosábel nos indica que en Tolosa no sólamente se celebraba un alarde el día de San Juan, sino también por San Roque y Corpus Christi. En Gipuzkoa, además del de Tolosa, han sobrevivido otros tres alardes, dentro de las fiestas de sus respectivos pueblos: Antzuola, Hondarribia e Irún. En Bizkaia, se celebra en Elorrio.
El llamado "Alarde del moro" de Antzuola, conmemora la participación de una compañía de lugareños en la batalla de Valdejunquera en el año 920, junto a las tropas navarras y frente al invasor musulmán. Es cuando menos curioso que el Ayuntamiento encargase un estudio para dignificar la figura del moro. Como conclusión, decidieron que fuese en caballo en lugar de en burro como hasta ahora. ¡Qué menos tratándose nada más y nada menos que de Abd-al-Ramhán III! Que cada cual opine por sí mismo.El de Hondarribia conmemora la resistencia del pueblo de Fuenterrabía al sitio al que durante 69 días le sometieron las tropas francesas del cardenal Richelieu y su liberación por la tropas españolas de Felipe IV el 7 de septiembre de 1638, hecho que forma parte de la Guerra de los Treinta Años. No hay duda de que en la defensa de la desde entonces ciudad tomaron parte codo con codo mujeres y hombres.
El de Irún rememora la batalla de San Marcial,el 28 de junio de 1522 y la victoria de las milicias irunesas bajo la bandera castellana sobre el ejército navarro del rey Enrique II de Navarra, y sus aliados franceses, labortanos principalmente, y mercenarios alemanes (también los había en el otro bando), en un último intento por reconquistar su reino, perdido ante la invasión castellana en 1512. Los días posteriores los navarros serían derrotados definitivamente en Amaiur (castillo de Maya), quedando dividido el reino de Navarra en dos, a ambos lados del Pirineo (en el Norte continuó hasta 1620, año en el que Luis XIII incorpora el reino de Navarra a la Corona de Francia) mientras al Sur quedaba bajo la corona de Castilla-Aragón.
Todas estas celebraciones tal y como hoy las conocemos se fraguan durante el siglo XIX. Está claro que son años de reclusión en el hogar para las mujeres en general y que su participación en la vida social y en los estamentos de poder es nula, por lo que, por supuesto, no participan en las manifestaciones culturales en general ni en los alardes en particular. La incorporación de la mujer a la fiesta como a otros ámbitos de nuestra sociedad ha sido paulatina y ha tenido que superar muchas barreras y prejuicios. En la tamborrada de San Sebastián ya aparecieron en 1928 dentro de la de la Unión Artesana y durante la Segunda República forman una compañía completa. Esta progresión se vería frenada por la dictadura de Franco y los años de nacional-catolicismo. En Tolosa, a partir de los años 80, se incorporan sin ninguna polémica a un Alarde que año tras año va adquiriendo mayor fuerza. En el de Antzuola no participan y tampoco he oído que nadie lo haya reivindicado. En Hondarribia e Irún todos sabemos el problema que hay. Desgraciadamente y como muchos otros temas en este país, el asunto se ha politizado y enquistado hasta términos inadmisibles. Visto desde fuera, si no somos capaces de ponernos de acuerdo para la fiesta, ¿qué podemos esperar para resolver otros conflictos de mucho mayor calado? Yo personalmente, opino que iruneses y hondarribitarras como ciudadanos particulares pueden hacer lo que les venga en gana, aunque estén equivocados, pero no entiendo ese empecinamiento en que las mujeres no empuñen una escopeta en el alarde, en aras de no se sabe bien que tradición. Las tradiciones, como todo en esta vida, cambian y se adaptan a las circunstancias del momento en que se viven, y de la misma manera que van perdiendo mucho de su antiguo carácter religioso, pueden incorporar otros elementos nuevos que las hagan perdurar en el tiempo. Si hablamos de tradición, la participación de muchas irunesas y hondarribitarras en el Alarde se ciñe a su papel de cantineras, cuando éstas en los ejércitos eran "mujeres de moral distraída" por utilizar un eufemismo. Espero que no se enfanden los amigos y conocidos iruneses y hondarribitarras y quedo abierto a que me expliquen su postura e intenten convencerme con argumentos de que la razón está de su lado, aunque hoy por hoy, no lo veo así.
"En el día las fiestas de San Juan empiezan desde el día anterior por la tarde, en la que el Ayuntamiento va a vísperas a Santa María, y concluidas éstas a la ermita de San Juan de Arramele a completas, acompañado del clero del cabildo eclesiástico. El día del mismo Santo por la mañana el Ayuntamiento va a la solemne misa mayor, que suele cantarse en dicha parroquia, a la que precede procesión por las calles con alarde de jóvenes armados que hacen descargas en los extremos del pueblo y junto a la iglesia al pasar la expresada procesión.A la tarde concurre así bien la corporación municipal a vísperas a la parroquia y a completas a la capilla de San Juan con acompañamiento de tamboriles y la música marcial de aficionados, y enseguida suele haber en la plaza novillada y baile del país, concluido el cual se va al prado de Iguerondo. A las noches suele haber bailes de sarao, danzas de tamboril en la plaza, fogatas y otras cosas análogas. Los días inmediatos se destinan principalmente a corridas de toros (...) fuegos artificiales (...). "
Continúa Gorosábel su relato con la manifestación más peculiar de los sanjuanes tolosarras, el baile de la Bordon dantza, que remonta sus orígenes a la conmemoración de la victoria sobre los navarros en la batalla de Beotíbar en 1321. Algunos autores ligan alarde y bordon-dantza como una sóla manifestación y con un origen común.
Por otra parte y atendiendo a su relato, llama la atención que este año se hayan suprimido las tradicionales corridas de toros, con declaraciones incluidas del concejal de fiestas, sobre la no idoneidad de que el ayuntamiento sufragase espectáculos sangrientos.
De todas formas, hoy quería referirme al Alarde y a la participación de la mujer en la fiesta como escopetera.La palabra castellana "alarde" proviene del árabe y significa "revista de armas". El origen de los alardes guipuzcoanos se remonta a la obligación que tenían los alcaldes de revisar periódicamente las armas de los vecinos para garantizar la defensa del territorio, en el ámbito de la foralidad vasca, hasta que con la abolición de los fueros tras la finalización de la Segunda Guerra Carlista (hoy Tercera para la historiografía oficial) en 1876, se estableciese el servicio militar obligatorio. Tiene lógica pensar que esta revisión coincidiese con días de fiesta. En el citado libro, Gorosábel nos indica que en Tolosa no sólamente se celebraba un alarde el día de San Juan, sino también por San Roque y Corpus Christi. En Gipuzkoa, además del de Tolosa, han sobrevivido otros tres alardes, dentro de las fiestas de sus respectivos pueblos: Antzuola, Hondarribia e Irún. En Bizkaia, se celebra en Elorrio.
El llamado "Alarde del moro" de Antzuola, conmemora la participación de una compañía de lugareños en la batalla de Valdejunquera en el año 920, junto a las tropas navarras y frente al invasor musulmán. Es cuando menos curioso que el Ayuntamiento encargase un estudio para dignificar la figura del moro. Como conclusión, decidieron que fuese en caballo en lugar de en burro como hasta ahora. ¡Qué menos tratándose nada más y nada menos que de Abd-al-Ramhán III! Que cada cual opine por sí mismo.El de Hondarribia conmemora la resistencia del pueblo de Fuenterrabía al sitio al que durante 69 días le sometieron las tropas francesas del cardenal Richelieu y su liberación por la tropas españolas de Felipe IV el 7 de septiembre de 1638, hecho que forma parte de la Guerra de los Treinta Años. No hay duda de que en la defensa de la desde entonces ciudad tomaron parte codo con codo mujeres y hombres.
El de Irún rememora la batalla de San Marcial,el 28 de junio de 1522 y la victoria de las milicias irunesas bajo la bandera castellana sobre el ejército navarro del rey Enrique II de Navarra, y sus aliados franceses, labortanos principalmente, y mercenarios alemanes (también los había en el otro bando), en un último intento por reconquistar su reino, perdido ante la invasión castellana en 1512. Los días posteriores los navarros serían derrotados definitivamente en Amaiur (castillo de Maya), quedando dividido el reino de Navarra en dos, a ambos lados del Pirineo (en el Norte continuó hasta 1620, año en el que Luis XIII incorpora el reino de Navarra a la Corona de Francia) mientras al Sur quedaba bajo la corona de Castilla-Aragón.
Todas estas celebraciones tal y como hoy las conocemos se fraguan durante el siglo XIX. Está claro que son años de reclusión en el hogar para las mujeres en general y que su participación en la vida social y en los estamentos de poder es nula, por lo que, por supuesto, no participan en las manifestaciones culturales en general ni en los alardes en particular. La incorporación de la mujer a la fiesta como a otros ámbitos de nuestra sociedad ha sido paulatina y ha tenido que superar muchas barreras y prejuicios. En la tamborrada de San Sebastián ya aparecieron en 1928 dentro de la de la Unión Artesana y durante la Segunda República forman una compañía completa. Esta progresión se vería frenada por la dictadura de Franco y los años de nacional-catolicismo. En Tolosa, a partir de los años 80, se incorporan sin ninguna polémica a un Alarde que año tras año va adquiriendo mayor fuerza. En el de Antzuola no participan y tampoco he oído que nadie lo haya reivindicado. En Hondarribia e Irún todos sabemos el problema que hay. Desgraciadamente y como muchos otros temas en este país, el asunto se ha politizado y enquistado hasta términos inadmisibles. Visto desde fuera, si no somos capaces de ponernos de acuerdo para la fiesta, ¿qué podemos esperar para resolver otros conflictos de mucho mayor calado? Yo personalmente, opino que iruneses y hondarribitarras como ciudadanos particulares pueden hacer lo que les venga en gana, aunque estén equivocados, pero no entiendo ese empecinamiento en que las mujeres no empuñen una escopeta en el alarde, en aras de no se sabe bien que tradición. Las tradiciones, como todo en esta vida, cambian y se adaptan a las circunstancias del momento en que se viven, y de la misma manera que van perdiendo mucho de su antiguo carácter religioso, pueden incorporar otros elementos nuevos que las hagan perdurar en el tiempo. Si hablamos de tradición, la participación de muchas irunesas y hondarribitarras en el Alarde se ciñe a su papel de cantineras, cuando éstas en los ejércitos eran "mujeres de moral distraída" por utilizar un eufemismo. Espero que no se enfanden los amigos y conocidos iruneses y hondarribitarras y quedo abierto a que me expliquen su postura e intenten convencerme con argumentos de que la razón está de su lado, aunque hoy por hoy, no lo veo así.
He encontrado tu página en Internet. Participo en el alarde mixto de Hondarribia. Totalmente de acuerdo contigo. Besarkada handi bat. Mara.
ResponderEliminarAl respecto y porque me toca con cercanía de vecindad y laboral pues trabajo en la comarca comparto la idea tuya Emilio. No obstante es una cuestión muy compleja y llena de aristas. Aconsejo la lectura del libro editado por la UPV "Tristes espectáculos" de Margarita Bullen et al. donde se analiza desde un punto de vista antropológico el conflicto.
ResponderEliminarYo lo que he podido constatar en mis años por la comarca que la gran mayoría de hombres y mujeres, desgraciadamente, en mi opinion, es contrario a la participación igualitaria en la fiesta, es decir en la participación en cualquier rol que compone la fiesta.
Como bien dices las tradiciones que no cambian mueren. Es casi una ley antropológica. De hecho el Alarde de Irún y Hondarribia ha cambiado en muchos de sus conceptos y aspectos. Sin embargo, parece que el cambio no es aceptado socialmente todavía. La pregunta es por qué.
¿Sigue siendo una sociedad machista todavía?
¿La defensa del alarde tradicional es mas identitario con Irún?
¿Es tan importante la estética sexual para no aceptar a ambos sexos en roles vetados a cada uno de ellos?
Ya ves que las preguntas se me agolpan en el cerebro.
Por cierto me encanta y aprendo mucho contigo sobre Tolosa.
No quiero dejar de felicitar y agradecer a aquellos hombres y mujeres que llevan esta lucha titánica día a día para conseguir sus objetivos de igualdad. La participación en el Alarde no deja de ser el símbolo de esta lucha.
ya veo que esta pagina no le lee o no la ha leido mucha gente... pero no se si comentas de donde eres... si dices que respetas no digas que estamos equivocados se mas neutral ... si realmente respetas. y si nos vamos a creer todos los bulos que se dicen por ahi... tu mismo! me estoy refiriendo que sí, siempre se ha dicho que las cantineras han sido "putas" y? tambien se dice que eran las "enfermeras" que llevaban alcohol en las barricas para curar a los soldados, pero claro esto no interesa decirlo.
ResponderEliminaryo soy del tradicional como habeis podido comprobar, soy mujer, y estoy de acuerdo que las tradiciones se cambian,pero no se cambia "por cojones" lo han hecho muy mal, o lo habeis hecho muy mal, si se hubiera entrado de otra manera... posiblemente yo estaria desfilando como soldado. van de victimas las mujeres que desfilan en el alarde porque han visto que con lapolitica han conseguido cosas , Y?
que en hondarribia somos mas "cabezones" porque?,porque somos mas gente que no kieren que unas pocas desfilen? aki ya no es el pueblo, ni los arrantzales ni nada de eso, aki somos las propias mujeres que no keremos.
las igualdades hay que empezar por lo que realmetne importa como puede ser el trabajo.
conozco a muchas de las mujeres que desfilan como soldados y ... pocas trabajan fuera de casa. es decir, que siguen con la tradicion de limpiar la casa y encargarse de los niñ@... por ahí es por donde deberian empezar y no hacer algo "por cojones" en la fiesta.
un saludo eta GORA BETIKO ALARDEA!!!
por cierto, queria comentar algo mas.
ResponderEliminarqueria decir que comentar es libre, pero para opinar... creoque hay quever la historia desde varios puntos de vista e incluso ver como en este caso el alarde desde dentro de una cuadrilla del pueblo y otro año desde otra cuadrilla que este a favor de las mujeres para poder opinar y ver que sentimientos puede haber en uno y en otro. a partir de ahi , discutimos lo que kieras.
eskerrik asko
Toda la gente que conozco de Hondarribia participa en el Alarde tradicional, y seguramente si yo lo hiciese algún día, lo haría también en éste porque es donde está mi gente, pero eso no quita que uno, si reflexiona, no entienda que no se deje participar a la mujer como soldado. Me ratifico en que el problema se ha politizado y estoy seguro de que con los años habrá un sólo ALARDE en el que participarán hombres y mujeres. Es cuestión de tiempo. Seguramente tienes razón en que el problema es que se ha intentado imponer cuando tiene que ser algo que la sociedad incorpore por convicción. Un saludo, y soy de Tolosa.
ResponderEliminarSoy irunesa y pase un bochorno horroroso cuando en la universidad en derechos humanos y derecho a la igualdad hablaron de las actitudes de mi ciudad, después preguntaron si había alguien de ese origen y claro me toco levantar la mano.
ResponderEliminarVeo ambos alardes y me apasiona el día de san marcial, aclaro que no participo activamente en ninguno, pero mientras el pueblo siga con estas actitudes me impedirán levantar la mano con orgullo.
Es una pena...
PD:me ha parecido un artículo muy interesante.
Por comentar un par de detalles:
ResponderEliminarEn el alarde del moro en Antzuola llevan tres años participando mujeres de escopeteras y no ha habido ningun problema por parte de los participantes y ni de publico , es mas , era algo deseado por que solo se apuntaban de tamboreras.Ahora esta mejor.
En cuanto al estudio del ayuntamiento para dignificar la figura del moro , no es del todo correcto , el estudio era para mejorar el alarde y modernizarlo para que sea mas participativo , uno de los cambios a sido que el moro vaya a caballo y lleve cuatro escoltas , ademas ya no se arrodilla delante del general y no se le humilla , ahora hay mas musicas, baile.....a quedado muy bonito.
Gracias por el comentario y las aclaraciones.
ResponderEliminarDesconocía el detalle de la participación de las mujeres y por supuesto, que me parece fenomenal.
Un saludo.
pues mi postura en lo que al alarde de irun se refiere, es partidaria del alarde tradicional. Es muy evidente que la participación de las mujeres como soldados en guerras y batallas, por lo general, es algo muy reciente. En lo que a España respecta, fue el gobierno de Felipe Gónzalez el que abrió las puertas del ejército a las mujeres para que entraran si quisieran, cosa que no ocurrió casi hasta que suspendieron el servicio militar obligatorio para los hombres. E incluso a nivel internacional, sólo Israel ha dispuesto servicio militar obligatorio también para las mujeres. Como se ve, a lo largo de la historia, la participación de las mujeres como soldados en guerras y batallas ha sido escasa, y empezó a incrementarse poco a poco a partir del siglo XIX. C0mo el alarde de irun es conmemorativo de una batalla ocurrida en el siglo XVI, y como entonces no era costumbre que las mujeres participaran como soldados, si se ha de ser riguroso con la escenificación del alarde, las mujeres no deberían participar como soldados.
ResponderEliminar¿Soy el único que se da cuenta de que en el tema de la incineradora esta funcionando el mismo lobby (mismos periódicos y mismos partidos políticos) y con las mismas técnicas -malas artes- que en el tema de los Alardes de Irun y Hondarribia?
ResponderEliminarEn Tolosa la izquierda abertzale soluciono el tema del Alarde ya en los años 80 del pasado siglo sin ninguna polémica.
Mientras el PNV y el PSOE mantienen el problema en Irun y Hondarribia en la segunda década del siglo XXI. Sometiendo durante más de 40 años a su población a una tensión injusta y estéril a largo plazo. Y mantiene a las mujeres sometidas a una discriminación marcadamente fundamentalista. Que esos mismos periódicos y partidos denuncian en territorios musulmanes cuando les interesa.
PNV, PSOE y otros les encanta que la gente gaste sus fuerzas y energías en cosas importantes pero para ellos secundarias. Así en esa división y sufrimiento hacen su "agosto" y sus negocios en Kutxabank, Iberdrola, INCINERADORA... Recorte aquí, recorte allá...
¿Reciclaje? ¡100%!
¿Basura? !Cero!
¿Incineradora? ¡Ni aquí ni en ningún sitio!
¿Alardes? ¡Mixtos¡ y !Alegres y participativos!
En Tolosa el éxito fue del pueblo que admitió como algo natural el que las mujeres empezasen a participar como escopeteras en San Juan, como lo han ido haciendo en los dos últimos siglos en muchas otras facetas de la vida diaria.
ResponderEliminarPara mí, el problema de los alardes y el de las basuras, está en la imposición. Podemos no estar de acuerdo, pero las cosas habrían ido cambiando de forma natural, más lentamente, claro, pero no por Real Decreto, por mucha razón que se tenga, que por supuesto, se tiene.