Aunque llevo ya tres semanas saliendo al monte con intención de coger setas, de momento los frutos del bosque se están haciendo esperar. Desde finales de julio sólo ha llovido 2 ó 3 días y el monte está muy seco, aunque buscando las zonas húmedas que dejan las nieblas matinales y alguna que otra regata, algo se va recogiendo. Para muestra, una foto del hongo que tiene el honor de ser el primero de los muchos que espero recolectar esta temporada. Es navarro, de Leitzalarrea (para los de Tolosa, del entorno) y se trata de un pequeño pero muy fresco ejemplar de Boletus edulis, Ontto zuri. Fue la semana pasada y no fue el único del día. Hubo otro golpe de hongos a finales de junio, pero entonces yo estaba enfrascado en otros quehaceres. Cada cosa a su tiempo. También he visitado alguno de los txokos que frecuento más cerca de casa, pero no he podido coger más allá de unas cuantas ziza hori. Para muestra, esta foto de esta semana. A pesar de todo, el bosque va cogiendo color de otoño y poco a poco las especies micológicas van apareciendo. También, las venenosas, como este ejemplar de Amanita Phalloides de la variedad alba, mortal y muy abundante, saliendo del cascarón y del que da buena cuenta un limaco.No hay que fiarse de que las coman las babosas; esto no significa que a los humanos no nos hagan daño, como cree alguna gente. De la misma forma, todas las que me marca Blai no son válidas.
- ¡Éstas, no, Blai, estás perdiendo facultades! Tampoco los limacos hacen ascos a este bonito conjunto de frescas y recientes setas sobre el tronco de un haya caída, que a pesar de su final, sigue siendo útil. El bosque es como una metáfora de la vida misma, unos seres van dejando su sitio a otros que los sustituyen en un ciclo infinito, al menos de momento, si no acabamos nosotros con ello.
Este sábado pude coger bastantes ziza hori y también algunas gibelurdinak, aunque sólo me tropecé con un hongo, eso sí, hermoso. No obstante, no hay que ponerse nerviosos. Esto no ha hecho más que empezar y todavía tenemos octubre por delante. Espero que para celebrar el primer aniversario del blog, por fin pueda mostrar una cesta repleta. Mientras tanto, una nueva receta, la más clásica y sencilla, aparte del revuelto, para las gibelurdinak.Separar los sombreros del pie. Colocar los sombreros en una tartera boca arriba. Picar unos ajos muy finos, y echarlos en los sombreros con un poco de perejil, sal y unas gotas de aceite.
Este sábado pude coger bastantes ziza hori y también algunas gibelurdinak, aunque sólo me tropecé con un hongo, eso sí, hermoso. No obstante, no hay que ponerse nerviosos. Esto no ha hecho más que empezar y todavía tenemos octubre por delante. Espero que para celebrar el primer aniversario del blog, por fin pueda mostrar una cesta repleta. Mientras tanto, una nueva receta, la más clásica y sencilla, aparte del revuelto, para las gibelurdinak.Separar los sombreros del pie. Colocar los sombreros en una tartera boca arriba. Picar unos ajos muy finos, y echarlos en los sombreros con un poco de perejil, sal y unas gotas de aceite.
Precalentar el horno a unos 180º y asar las gibelurdinak durante 10-15 minutos, vigilando para que no se nos quemen. No tirar los pies y utilizarlos para hacer un revuelto, por ejemplo mezclados con hongos.
No hice foto del resultado, pero la próxima vez la hago.
bien amigo Emilio, a ver cuándo hacemos unas tortillicas...
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