Hoy se ha inaugurado oficialmente la remodelación del Prado Grande de Igarondo, Zumardi Handia de Tolosa, aunque quedaban detalles para rematar completamente la obra.
Mañana acaba el plazo previsto por la ley para este tipo de eventos propagandísticos previos a las elecciones municipales.
Para la inauguración, un tanto deslucida por la lluvia, se eligió acertadamente amenizar el acto con una pequeña verbena que recordase los bailes que se realizaban en el Prado Grande.
Con el fin de atraer y animar al personal, se repartían sin cargo pintxos de txistorra asada al sarmiento. Éxito garantizado.
Este espacio de recreo tolosarra, muy apreciado por sus habitantes, estaba abandonado en los últimos años, a pesar de las distintas actuaciones que los diferentes Ayuntamientos de la villa iban realizando en el mismo, como la realización de una pista de patinaje que nunca se llegó a utilizar.
Su degradación comenzó con la construcción del viaducto de la variante de la Nacional I a su paso por Tolosa, en los años 70 del pasado siglo, que lo partió en dos además de afearlo y hacerlo más sombrío si cabe.
Hasta entonces, fue utilizado como lugar de esparcimiento por los tolosarras.
En nuestra juventud, sus árboles nos servían de porterías para improvisados campos de fútbol en la zona del mismo que actualmente ocupan las vigas del citado viaducto.
La construcción de éste fue harto complicada, ya que costó encontrar asiento firme en el que apoyar consistentemente sus vigas, lo que encareció y retrasó notablemente los trabajos de su ejecución.
De la obra "Historia y Guía de Tolosa" (Ediciones CAP, 1980), de Iñaki Linazasoro, extraigo datos sobre la costosa construcción:
En torno a ello, los chavales y grupos deportivos de la villa, montábamos "barracas" en las que vender bedidas y bocadillos durante los mismos con el fin de financiar viajes de estudios, equipos, o actividades de carácter social. En mi caso, para la Cruz Roja de la Juventud.
Las cámaras que nos facilitaban los distribuidores de bebidas, se enfriaban con barras de hielo que recogíamos en la desaparecida fábrica de Cervezas El León de San Sebastián.
Como muestra de la importancia que tuvieron los bailes en Zumardi Handia durante los sanjuanes, en este diario del 24 de junio de 1934, podemos leer el programa de los correspondientes a dicha fecha.
Siguiendo el siempre socorrido libro de Pablo Gorosábel, "Bosquejo de las antigüedades, gobierno, administración y otras cosas notables de la villa de Tolosa" (1853), tenemos una descripción del espacio natural y su historia, en el apartado que dedica a las alamedas, dentro de los espacios de recreo de la localidad:
En el año 1968, la construcción de las ya derribadas piscinas municipales de Igarondo, supuso la desaparición de la esquina del parque en la que se construyeron, hasta entonces denominada Paseo de los Curas.
En lugar preferente se montó la fuente circular que ha vuelto a su lugar con esta nueva remodelación y que en otro tiempo había adornado la Plaza Vieja.
También se ha conservado el banco de piedra donde se acomodan las autoridades para presidir el tradicional Aurresku de la tarde de San Juan, celebración que anteriormente se realizaba en el Prado Pequeño, Zumardi Txiki, en Santa Clara, hoy convertido en incómodo parking de vehículos. Esperemos que la próxima corporación municipal acometa su remodelación.
En la nueva reestructuración hemos echado en falta el templete para los músicos que se apoyaba en una de las paredes centrales del parque.
Tampoco estaría de más alguna caseta-chiringuito con terraza donde aprovechar la frescura de la orientación norte del prado en los meses estivales.
Como vemos por el escrito de Gorosábel, la sustitución de los árboles hasta llegar a los plátanos que hemos conocido en los últimos años, se realizó en varias ocasiones a lo largo de su historia, y suponemos que en más de una de aquéllas surgiría la polémica con la tala de los ejemplares, como ha ocurrido en la actualidad.
Otro de los elementos característicos de la remodelación es el flamante nuevo puente peatonal cubierto que da acceso al espacio desde la calle Igaralde de Tolosa y que ha contribuido muy logradamente a minimizar el impacto visual del horrible viaducto de hormigón bajo el que se sitúa.
Con o sin polémica, la primera impresión es que se ha realizado un buen trabajo que invita a que el espacio sea utilizado por los ciudadanos, tanto de Tolosa como de la vecina Ibarra, con la que el recuperado río Zelai sirve de muga natural.
Mañana acaba el plazo previsto por la ley para este tipo de eventos propagandísticos previos a las elecciones municipales.
Para la inauguración, un tanto deslucida por la lluvia, se eligió acertadamente amenizar el acto con una pequeña verbena que recordase los bailes que se realizaban en el Prado Grande.
Con el fin de atraer y animar al personal, se repartían sin cargo pintxos de txistorra asada al sarmiento. Éxito garantizado.
Este espacio de recreo tolosarra, muy apreciado por sus habitantes, estaba abandonado en los últimos años, a pesar de las distintas actuaciones que los diferentes Ayuntamientos de la villa iban realizando en el mismo, como la realización de una pista de patinaje que nunca se llegó a utilizar.
Su degradación comenzó con la construcción del viaducto de la variante de la Nacional I a su paso por Tolosa, en los años 70 del pasado siglo, que lo partió en dos además de afearlo y hacerlo más sombrío si cabe.
Hasta entonces, fue utilizado como lugar de esparcimiento por los tolosarras.
En nuestra juventud, sus árboles nos servían de porterías para improvisados campos de fútbol en la zona del mismo que actualmente ocupan las vigas del citado viaducto.
La construcción de éste fue harto complicada, ya que costó encontrar asiento firme en el que apoyar consistentemente sus vigas, lo que encareció y retrasó notablemente los trabajos de su ejecución.
De la obra "Historia y Guía de Tolosa" (Ediciones CAP, 1980), de Iñaki Linazasoro, extraigo datos sobre la costosa construcción:
"La obra mide 7 kilómetros y se subastó en 779 millones de pesetas, aunque su costo real se ha remontado a los 1.100 millones de pesetas, independientemente de los doscientos y pico millones para el pago de las expropiaciones. Adjudicada la obra a a la empresa Agromán, S.A., se inició la misma el 1º de octubre de 1975. El 1º de abril de 1979 se abrió al tránsito rodado un solo vial de doble carril con sus correspondientes arcenes y cuatro meses más tarde, el 29 de julio de 1979, se permitía la circulación por los dos viales y los cuatro carriles (...)(...) Longitud: 252 metros (dos tramos de 36 metros y cuatro de 45 metros). Altura: 40 metros (seis más que el viaducto de Ormaiztegi proyectado por Eiffel). Se asienta sobre diez pilares y dos estribos. Cada pilar contiene 600.000 kilogramos de hormigón y 50.000 de varilla de hierro, sin contar el material enterrado en sus cimentaciones. Los pilares se rematan en capiteles donde descansan las 36 vigas de cemento fraguadas in situ, a pie de obra, ya que la mayoría de ellas tiene una longitud de 45 metros y un peso de 130 toneladas. En realidad se trata de dos viaductos, ya que las vías ascendente y descendente discurren separadas aunque paralelas."Hasta entonces, el Prado Grande estuvo muy ligado también a las fiestas de San Juan, donde se celebraban los bailables de las mismas. Este es el aspecto que presentaba a mediados del siglo pasado.
En torno a ello, los chavales y grupos deportivos de la villa, montábamos "barracas" en las que vender bedidas y bocadillos durante los mismos con el fin de financiar viajes de estudios, equipos, o actividades de carácter social. En mi caso, para la Cruz Roja de la Juventud.
Las cámaras que nos facilitaban los distribuidores de bebidas, se enfriaban con barras de hielo que recogíamos en la desaparecida fábrica de Cervezas El León de San Sebastián.
Como muestra de la importancia que tuvieron los bailes en Zumardi Handia durante los sanjuanes, en este diario del 24 de junio de 1934, podemos leer el programa de los correspondientes a dicha fecha.
Siguiendo el siempre socorrido libro de Pablo Gorosábel, "Bosquejo de las antigüedades, gobierno, administración y otras cosas notables de la villa de Tolosa" (1853), tenemos una descripción del espacio natural y su historia, en el apartado que dedica a las alamedas, dentro de los espacios de recreo de la localidad:
"La arboleda de Iguerondo, que es el paseo principal de verano, es sin duda antiquísima, por más que no se descubra la época en que primero se arregló. La noticia escrita más antigua de ella que he hallado está en la acta de 9 de Diciembre de 1618, en que se dispuso, que en el término de Iguerondo, que es del concejo de esta villa, se trasmochasen y quitasen los nogales que había y en su lugar se pusiesen para su adorno algunos álamos y fresnos. De la acta de 13 de Febrero de 1619 resulta que, en efecto, se habían cortado algunos nogales y plantado unos 36 olmos traídos de Leiza y Areso, y por cuanto éstos fueron arrancados por algunos malintencionados, el Alcalde hizo cortar todos los nogales que habían quedado. Se ve así bien en la de 14 de Marzo del mismo año que se habían plantado en el citado paraje 50 olmos. Finalmente de la de 11 de Febrero de 1620, folio 250 vuelto, aparece que los olmos que en el año anterior se plantaron en la plaza de Iguerondo junto a la ferrería se había[n] secado; por lo que se dispuso poner en su lugar árboles que luciesen y conviniesen más. En 29 de Diciembre de 1622 se acordó nuevamente plantar de álamos y arboleda este prado allanando un montón o cerro que había enfrente de la huerta de Don Baltasar de Iriarte, y otro tanto resulta de la acta de 21 de Septiembre de 1672 y 20 de Enero de 1782. Probablemente algunos olmos que todavía existen procederán de las plantaciones de que acabo de hablar, pero los demás árboles datan de épocas más recientes en que se han repuesto sucesivamente las faltas, según se han ido secando o cortando. Esto tuvo lugar particularmente después de la guerra de la independencia, durante la cual padeció bastante este paseo con la caballería del ejercito francés que se colocó en él cuyos caballos descortezaron con los dientes la mayoparte de los árboles que había. En el año de 1826 se hizo algún desmonte y rellenándolo con la misma tierra y piedra así obtenida, se aumentó y ensanchó este paseo. En el de 1845 se prolongó la arboleda hasta el puente de Elduarayen. En el de 1846 se hizo el murallón que hay desde la casa de Urbieta hasta la presa del molino y fábrica, se terraplenó e igualó la entrada de este lado, plantando nuevos árboles olmos en lugar de los robles que existían y en la misma época se formó el paseo que hay entre la citada casa y la de Videbieta. Costaron estas obras 10004 reales"Completando la historia del lugar, siguiendo la citada obra de Linazasoro, por los años 40 del pasado siglo se plantaron los plátanos a los que me refería, tras los destrozos causados por vientos huracanados, que provocaron la tala de los castaños de indias que componían su magnífico arbolado hasta entonces.
Foto: Iñaki Linazasoro |
En el año 1968, la construcción de las ya derribadas piscinas municipales de Igarondo, supuso la desaparición de la esquina del parque en la que se construyeron, hasta entonces denominada Paseo de los Curas.
En lugar preferente se montó la fuente circular que ha vuelto a su lugar con esta nueva remodelación y que en otro tiempo había adornado la Plaza Vieja.
También se ha conservado el banco de piedra donde se acomodan las autoridades para presidir el tradicional Aurresku de la tarde de San Juan, celebración que anteriormente se realizaba en el Prado Pequeño, Zumardi Txiki, en Santa Clara, hoy convertido en incómodo parking de vehículos. Esperemos que la próxima corporación municipal acometa su remodelación.
En la nueva reestructuración hemos echado en falta el templete para los músicos que se apoyaba en una de las paredes centrales del parque.
Tampoco estaría de más alguna caseta-chiringuito con terraza donde aprovechar la frescura de la orientación norte del prado en los meses estivales.
Como vemos por el escrito de Gorosábel, la sustitución de los árboles hasta llegar a los plátanos que hemos conocido en los últimos años, se realizó en varias ocasiones a lo largo de su historia, y suponemos que en más de una de aquéllas surgiría la polémica con la tala de los ejemplares, como ha ocurrido en la actualidad.
Otro de los elementos característicos de la remodelación es el flamante nuevo puente peatonal cubierto que da acceso al espacio desde la calle Igaralde de Tolosa y que ha contribuido muy logradamente a minimizar el impacto visual del horrible viaducto de hormigón bajo el que se sitúa.
Con o sin polémica, la primera impresión es que se ha realizado un buen trabajo que invita a que el espacio sea utilizado por los ciudadanos, tanto de Tolosa como de la vecina Ibarra, con la que el recuperado río Zelai sirve de muga natural.
Gran artículo.Decir sólo que la pista de patinaje se usó, poco tiempo pero se usó. Se llegó a realizar campeonatos de Gipuzkoa y de Euskadi de patinaje gracias al equipo que la Ikastola de Ibarra tenía de patinaje.
ResponderEliminarEn realidad el equipo era el LASKORAIN K.E. y se celebraron 11 ediciones del TOLOSAKO HIRIA, luego esto quiere decir que esta pista se usaba regularmente durante, al menos, 11 años. También se celebraron varias ediciones del Campeonato de Euskadi de patinaje de velocidad, en su modalidad de circuito.
ResponderEliminarMi opinión es que, bien se amortizó la mínima inversión que se realizó en su momento y sirvió inicialmente para darle una utilidad y supuso, en su momento, un cambio de uso.