Un año más hemos pasado nuestros Carnavales (Iñauteriak) con buen ambiente a pesar de la adversa climatología. Estamos acostumbrados; al fin y al cabo, siempre se celebran entre principios de Febrero, los más tempraneros y los primeros días de Marzo, en el caso más tardío.
Como es sabido, en el calendario cristiano, el Miércoles de Ceniza comienza la Cuaresma, y se celebra cuarenta días antes del Domingo de Ramos, que da inicio a la Semana Santa.
Por otra parte, ésta se calcula en función de la luna llena, siguiendo el calendario agrícola, lo que a su vez nos conduce al mundo rural y al trabajo de la tierra.
Los Carnavales en los días previos al inicio de la época de penitencia, duelo y abstinencia, tendrían así un carácter liberador y relajado antes del comienzo de tantos días de sufrimiento.
No obstante, y conociendo la costumbre cristiana de adaptar a su ritual ritos y fiestas ancestrales, no es de extrañar que su origen sean celebraciones previas. Entre ellas, y dentro de nuestra cultura grecorromana, se suelen citar las Bacanales y Saturnales en Roma o el culto a Dionisos (predecesor del Baco romano) en Grecia, como precedentes de los Carnavales, en cuanto a las similitudes que tienen por su origen religioso y su conversión en fiestas en las que la sátira, el desenfreno y el desorden civil eran la norma.
En Tolosa, los Iñauteriak, comienza el Jueves Gordo (Ostegun Gizena), también denominado Jueves Lardero (del latín, laridum, tocino). De ahí la costumbre de comer txistorra ese día (los bares obsequian a sus clientes con pintxos de chorizo o txistorra) y de las cenas especiales que se preparan esa noche en todas las Sociedades Gastronómicas de la villa. Durante unos años, fue costumbre que el menú incluyese angulas, aunque obviamente han desaparecido de los ágapes de las últimas décadas.
Como todos los años, nosotros también lo celebramos en la sociedad y luego salimos con la txaranga hacia la Parte Vieja, donde se concentra el ambiente nocturno de ese día, con la gente ávida de saltar con las txarangas.
Los más veteranos todavía recuerdan las multas que tenían que pagar las sociedades por salir tocando esa noche a la calle. Hoy en día, el ayuntamiento ayuda con una pequeña subvención desde hace unos pocos años al gasto que soportan las sociedades que sacan su txaranga.
El viernes y el sábado, como siempre, días de transición, aunque las tamborradas y el festival del grupo Arpegi, ayudan a aguantar hasta la hoy día multitudinaria Diana del Domingo (Zaldunita). Es costumbre ya mayoritariamente arraigada, el que la gente se presente en pijama y bata.
Un año más, a mí me pilló en la Sociedad, preparando la salida de nuestra txaranga, Iurre. El tiempo aguantó durante la mañana y después de comer cayeron unas buenas chaparradas.
El lunes (Astelenita) nos disfrazamos y colocamos nuestro tenderete en la plaza del triángulo. Buen ambiente a pesar del frío y la lluvia, que comenzó a caer un poco antes del mediodía. A pesar de ello, los tolosarras lo tomamos con humor, y aunque con menos visitantes que otros años, las calles mantuvieron la animación durante todo el día.
El martes (Asteartita) es un día muy especial para los carnavaleros tolosarras. Comienza con la alborada a las 6 de la mañana en el Ayuntamiento, música de txistu y anís y pastas que reparten las autoridades municipales entre los asistentes, mezcla de trasnochadores de gaupasa y madrugadores que acuden a escuchar uno de los tradicionales momentos de nuestra fiesta.
Hora y media más tarde, los componentes de la txaranga Kabila, nos juntamos en la misma plaza Zaharra, para comenzar la kalejira hacia la plaza de Toros, tocando la Diana, como es preceptivo, para acudir a otro de los actos tradicionales del martes, el Toro del Aguardiente, a las 8 de la mañana.
No he encontrado referencias al origen de la denominación, y no sé si el aguardiente se lo daban al toro, como creíamos firmemente de chavales, lo consumían los asistentes, o ambos al mismo tiempo. El caso es que aunque no sea un espectáculo multitudinario, todavía mantiene un público fiel.
El camino hacia la plaza lo hicimos bajo un intensa lluvia, que a partir del segundo toro se convirtió en nieve, como apreciamos en este vídeo que saqué desde el tendido que ocupábamos la txaranga.
A las 11, otro espectáculo taurino con siglos de historia: la sokamuturra, o toro ensogado, esta vez en el escenario que sirvió de coso taurino en Tolosa desde 1703 hasta la construcción de la actual plaza fija en 1903, aunque en Carnavales no se utilizó como tal hasta mediado el siglo XIX y se mantuvieron en ella hasta 1908.
El resto del día, almuerzo, de nuevo a la calle a tocar hasta la hora de comer, por la tarde, visita al Centro Gerontológico Uzturre para llevar el Carnaval a los ancianos allí residentes, sucesor del de San Cosme y San Damián que antes visitábamos, y más tocar por la calle hasta retirarnos hacia las 9 de la noche.
Y con ello dimos por finalizada un año más nuestra gran fiesta hasta el próximo 27 de febrero de 2014, Jueves Gordo.
Como es sabido, en el calendario cristiano, el Miércoles de Ceniza comienza la Cuaresma, y se celebra cuarenta días antes del Domingo de Ramos, que da inicio a la Semana Santa.
Por otra parte, ésta se calcula en función de la luna llena, siguiendo el calendario agrícola, lo que a su vez nos conduce al mundo rural y al trabajo de la tierra.
Los Carnavales en los días previos al inicio de la época de penitencia, duelo y abstinencia, tendrían así un carácter liberador y relajado antes del comienzo de tantos días de sufrimiento.
No obstante, y conociendo la costumbre cristiana de adaptar a su ritual ritos y fiestas ancestrales, no es de extrañar que su origen sean celebraciones previas. Entre ellas, y dentro de nuestra cultura grecorromana, se suelen citar las Bacanales y Saturnales en Roma o el culto a Dionisos (predecesor del Baco romano) en Grecia, como precedentes de los Carnavales, en cuanto a las similitudes que tienen por su origen religioso y su conversión en fiestas en las que la sátira, el desenfreno y el desorden civil eran la norma.
En Tolosa, los Iñauteriak, comienza el Jueves Gordo (Ostegun Gizena), también denominado Jueves Lardero (del latín, laridum, tocino). De ahí la costumbre de comer txistorra ese día (los bares obsequian a sus clientes con pintxos de chorizo o txistorra) y de las cenas especiales que se preparan esa noche en todas las Sociedades Gastronómicas de la villa. Durante unos años, fue costumbre que el menú incluyese angulas, aunque obviamente han desaparecido de los ágapes de las últimas décadas.
Como todos los años, nosotros también lo celebramos en la sociedad y luego salimos con la txaranga hacia la Parte Vieja, donde se concentra el ambiente nocturno de ese día, con la gente ávida de saltar con las txarangas.
Los más veteranos todavía recuerdan las multas que tenían que pagar las sociedades por salir tocando esa noche a la calle. Hoy en día, el ayuntamiento ayuda con una pequeña subvención desde hace unos pocos años al gasto que soportan las sociedades que sacan su txaranga.
El viernes y el sábado, como siempre, días de transición, aunque las tamborradas y el festival del grupo Arpegi, ayudan a aguantar hasta la hoy día multitudinaria Diana del Domingo (Zaldunita). Es costumbre ya mayoritariamente arraigada, el que la gente se presente en pijama y bata.
Un año más, a mí me pilló en la Sociedad, preparando la salida de nuestra txaranga, Iurre. El tiempo aguantó durante la mañana y después de comer cayeron unas buenas chaparradas.
El lunes (Astelenita) nos disfrazamos y colocamos nuestro tenderete en la plaza del triángulo. Buen ambiente a pesar del frío y la lluvia, que comenzó a caer un poco antes del mediodía. A pesar de ello, los tolosarras lo tomamos con humor, y aunque con menos visitantes que otros años, las calles mantuvieron la animación durante todo el día.
El martes (Asteartita) es un día muy especial para los carnavaleros tolosarras. Comienza con la alborada a las 6 de la mañana en el Ayuntamiento, música de txistu y anís y pastas que reparten las autoridades municipales entre los asistentes, mezcla de trasnochadores de gaupasa y madrugadores que acuden a escuchar uno de los tradicionales momentos de nuestra fiesta.
Hora y media más tarde, los componentes de la txaranga Kabila, nos juntamos en la misma plaza Zaharra, para comenzar la kalejira hacia la plaza de Toros, tocando la Diana, como es preceptivo, para acudir a otro de los actos tradicionales del martes, el Toro del Aguardiente, a las 8 de la mañana.
No he encontrado referencias al origen de la denominación, y no sé si el aguardiente se lo daban al toro, como creíamos firmemente de chavales, lo consumían los asistentes, o ambos al mismo tiempo. El caso es que aunque no sea un espectáculo multitudinario, todavía mantiene un público fiel.
El camino hacia la plaza lo hicimos bajo un intensa lluvia, que a partir del segundo toro se convirtió en nieve, como apreciamos en este vídeo que saqué desde el tendido que ocupábamos la txaranga.
A las 11, otro espectáculo taurino con siglos de historia: la sokamuturra, o toro ensogado, esta vez en el escenario que sirvió de coso taurino en Tolosa desde 1703 hasta la construcción de la actual plaza fija en 1903, aunque en Carnavales no se utilizó como tal hasta mediado el siglo XIX y se mantuvieron en ella hasta 1908.
Y con ello dimos por finalizada un año más nuestra gran fiesta hasta el próximo 27 de febrero de 2014, Jueves Gordo.
ResponderEliminarLa comida casera no solo alimenta el cuerpo, sino que también nutre el alma con su calidez y autenticidad. Es un vínculo con la tradición, el hogar y el amor compartido.